Las nuevas tecnologías parecen estar cambiando radicalmente nuestro mundo. Analizamos aquí las condiciones para que esto sea así con relación a un grupo muy importante de fenómenos vinculados a las tecnologías computacionales y a las biotecnologías, que responden a denominaciones de uso ya muy extendido, en buena medida gracias a los medios de comunicación:
New technologies appear to be radically changing our world. Here we analyse the conditions under which this can take place. We do this in relation to an important group of phenomena related to computational technologies and biotechnologies. These phenomena respond to widely used terms, largely thanks to the media:
“Nosotros no renunciamos a nada.”
Serie
Los fenómenos mencionados en el subtítulo de este trabajo parecen abrir las ventanas a un mundo nuevo, o tal vez directamente las puertas. ¿Es realmente así? Puede serlo. Pero también puede no serlo. Argumentaremos que la inteligencia artificial juega aquí un papel crucial. Y que todo depende de nuestras actitudes ante ella.
El presente trabajo desarrolla estas dos ideas. Que la inteligencia artificial ocupa un lugar central en ese conjunto de fenómenos sobre el que estamos llamando la atención. Y que asumir la inteligencia artificial como algo con la capacidad de abrirnos las ventanas y las puertas a un auténtico nuevo mundo requiere profundos cambios en nuestra propia mente.
Esta última tesis puede ser fácilmente malinterpretada. El cambio de mente que se requiere no consiste en mejoras de nuestras capacidades cognitivas. Ni tampoco consiste en un cambio de creencias. Ni simplemente en aceptar cosas como, por ejemplo, que una máquina pueda ganar a los mejores jugadores mundiales de ajedrez, del juego del go o de póker. Se necesita algo muy diferente a todo esto. Se necesitaría un profundo cambio de actitudes. Solo a través de un cambio radical de mente en este sentido, esos fenómenos podrán realmente configurar un mundo nuevo.
Una de las series televisivas que recientemente he visto con mi hijo, Ulises, es
¿Es posible cambiar de mente en este sentido? ¿Es que acaso hay otros tipos de mente? Claro que sí. Tenemos ejemplos extremos en las mentes de esas otras formas de humanidad que hemos encontrado en neandertales, denisovanos, hombres de las flores, etc. Y el desarrollo de potentes capacidades simbólicas y sociales en la mente del
Cosas similares pueden decirse de las variadas mentes animales y de su evolución, así como del desarrollo de las mentes infantiles. Los cambios de actitudes ante el mundo y ante uno mismo justifican que pueda hablarse de cambios de mente. En nuestra opinión, solo con un cierto cambio de mente, que implique cambios radicales en las actitudes, el mundo que se insinúa ante nosotros podrá ser realmente un nuevo mundo.
Acabamos de mencionar una popular serie de televisión. Podríamos mencionar muchas otras. Y también películas, videojuegos, cómics, etc. Esto tiene su justificación. Esas series, películas, videojuegos, cómics, etc., constituyen una fuente inagotable de evidencias sumamente relevantes respecto a las actitudes que nos interesan
Los fenómenos mencionados en el subtítulo parecen estar cambiando radical y completamente el mundo en que vivimos. Pero no sabemos si realmente es así. El caso es que apenas hay análisis filosóficos serios sobre la confluencia de todos esos fenómenos. Tampoco existe una terminología filosófica precisa. La situación conceptual es aún previa a la argumentación detallada
No se trata de que haya filosofía en las series de televisión, en las películas, los videojuegos o los cómics. Hay contenidos filosóficos, pero propiamente no hay filosofía. La filosofía se
El fin de la creencia racional es alcanzar la verdad mediante razones, intentando convertirse así en conocimiento. El fin de la filosofía no llega a esto. Mejor dicho, dada la amplitud de su mirada, no puede llegar a tanto. El fin de la filosofía es comprender un poco mejor todas las cosas.
Las series de televisión, las películas, los videojuegos, los cómics, etc. pueden compartir ese fin. Igual que la literatura o la pintura. Pero no intentan alcanzarlo argumentando, dialogando, discutiendo. La filosofía, en cambio, sí.
Cabe entender la filosofía como una variedad muy peculiar de “arte conceptual” que busca la comprensión a través de argumentos. Esta es una perspectiva interesante. Como arte, la filosofía se aparta ligeramente de la ciencia. Se acerca a la literatura y a la pintura. También a las series de televisión, las películas, los videojuegos o los cómics. Sin embargo, sigue existiendo una importante diferencia. El medio en el que la filosofía desarrolla su arte son los argumentos. Y esto incluye todo diálogo y discusión donde el protagonismo lo tengan las razones, aunque sea un diálogo y discusión con uno mismo.
La filosofía no puede ser indiferente a ese nuevo mundo que se muestra en muchas de nuestras series de televisión, películas, videojuegos o cómics. No puede ser indiferente a la curiosa combinación de
Los cambios en el mundo sobre los que queremos llamar la atención se centran en cinco fenómenos vinculados a las llamadas nuevas tecnologías. Principalmente se vinculan a las tecnologías computacionales y a las biotecnologías. Para cada uno de ellos existe una expresión ya acuñada y en uso. A continuación haremos una caracterización general.
Una
Dos buenos ejemplos de realidad virtual en contextos de ficción son la serie de películas de la saga
Otro ejemplo de realidad virtual, más clásico pero igual de inquietante, un ejemplo que queremos mencionar por no involucrar aún el uso de tecnología computacional, es el relato
Fuera de la ficción, hay actualmente varios tipos de dispositivos creadores de realidad virtual (
La
De nuevo, algunos episodios de la serie
Buenos ejemplos cercanos de realidad aumentada los ofrecen los códigos QR y las aplicaciones de móvil que utilizan datos y recursos de Internet en interacción con los intereses de un usuario en un entorno real. Las aplicaciones de mapas ocupan aquí un lugar destacado. También podemos encontrar realidad aumentada en los dispositivos de visitas guiadas utilizados en la mayoría de los actuales museos. Otros ejemplos son algunos proyectos de
Otro ejemplo, muy reciente y sin duda interesante, de realidad aumentada lo constituye el juego
La realidad virtual y la realidad aumentada están cambiando lo que puede llegar a contar como
Debemos distinguir varios sentidos en esta noción. Podemos llamar
El segundo sentido es muy importante. Y a veces pasa desapercibido entre el extremo de llevar a cabo tareas que de ser hechas por nosotros requerirían inteligencia y el extremo de tener algún tipo de completa vida mental creada de manera artificial. Ser un sistema inteligente implica algo más que realizar tareas que en nosotros requerirían inteligencia. Pero tal vez también requiera algo menos que tener una vida mental exactamente como la nuestra. En cualquier caso, hay una gradación de sentidos. Esto hace que, a pesar de lo que pueda parecer, la segunda caracterización no sea simplemente trivial. Que sea posible la inteligencia artificial implica mayores compromisos en el segundo sentido que en el primero. Y compromisos aún más fuertes en el tercer sentido que en el segundo.
La literatura y el cine nos han mostrado numerosos ejemplos de inteligencias artificiales. Mencionaremos solamente el libro de Asimov,
También las series de televisión han explorado con pasión este campo. Destacaremos otra vez
Mención aparte merece la gran obra titulada
Pero los proyectos de creación de robots
Los sistemas de inteligencia artificial de apariencia no-humana pueden adoptar básicamente dos formas: o bien pueden ser
A veces, los proyectos de robots humanoides están vinculados a grandes corporaciones, como el robot
La
Muchos de los superhéroes de nuestros cómics son casos de humanidad mejorada, aunque no todos. A veces, también intervienen factores circunstanciales no tecnológicos o meras casualidades. En el ámbito de los superhéroes de cómic, se habla frecuentemente de
También el doctor Frankenstein, en la versión original de Mary Shelley, hace ya dos siglos, pretendía mejorar la condición humana con ayuda de la tecnología. Y lo sigue haciendo hoy día la actual corriente cultural del
La propuesta del transhumanismo parte de una posición teórica inicialmente razonable: el abandono del prejuicio de que la condición humana sea esencialmente inalterable. Pero el transhumanismo no solo es una corriente teórica. Tiene un activismo práctico tan entusiasta como cuestionable. Rechaza hablar de prudencia y reflexión. Se empeña en comenzar a hacer realidad sus proyectos de transformación de la humanidad con los recursos tecnológicos actualmente existentes.
El problema principal del transhumanismo está en la precipitación. Tal vez las tecnologías que ya existen no sirvan. O lo que es peor, tal vez aun sirviendo para ciertos proyectos de transformación, se necesiten perfilar mucho más estos mismos proyectos. Tal vez sean los proyectos actuales de transformación los que no sirvan. Otro prejuicio tan detestable como el denunciado por el transhumanismo respecto a la
No hay que olvidar que también son casos de humanidad mejorada la implantación de marcapasos, el consumo de medicinas, las prótesis dentales, el simple hecho de usar unas gafas graduadas, etc. Esto ha existido desde siempre. Recordemos también la búsqueda de la inmortalidad a través de la llamada
Además, como contraste a todo esto, también estarían otros casos que podemos llamar de humanidad
En general, se llama
La idea de una Internet de las cosas surge con timidez en el campo de la tecnología de sensores a comienzos del presente siglo. Unos cuantos años después, en el
Uno de sus principales promotores, Kevin Ashton, hacía la siguiente declaración en la revista
Los ordenadores actuales —y, por tanto, Internet— son prácticamente dependientes de los seres humanos para recabar información. Una mayoría de los casi 50 petabytes (un petabyte son 1024 terabytes) de datos disponibles en Internet fueron inicialmente creados por humanos, a base de teclear, presionar un botón, tomar una imagen digital o escanear un código de barras. Los diagramas convencionales de Internet, dejan fuera a
La Internet de las cosas constituiría una peculiar
Podemos acabar aquí nuestra presentación. Añadir detalles no cambiaría el panorama general. ¿Cuál es ese panorama? ¿Qué se vislumbra en el horizonte? Combinando todos los elementos anteriores podemos obtener cosas terribles. Sobre todo, si pensamos en términos económicos y militares. En términos de posibilidades de opresión, el panorama puede ser ciertamente desolador. No deberíamos perder de vista estas posibilidades. Pero tampoco tienen que cegarnos. Pues también podemos ver cosas muy distintas a las que tenemos hoy día en otros sentidos. Cosas como, por ejemplo, las siguientes.
Lo que siempre hemos querido tomar como la realidad podría llegar a ser sustituido, al menos en ciertos casos, por esas otras cosas que ahora llamamos
También la realidad se ampliaría. Las realidades, digamos,
Todo esto se aplicaría al propio ser humano, llegando a hacer indistinguibles a las personas virtuales de las personas que acostumbramos a considerar reales. Podrían incluso existir robots humanoides con plenitud de derechos y obligaciones. Y no describiríamos ya este hecho diciendo simplemente que los tratamos
Nosotros mismos también podríamos cambiar mucho. Cambiaría nuestro cuerpo y cambiaría nuestra mente. Es más, las tecnologías computacionales y las biotecnologías acaso puedan llevarnos al borde mismo de la inmortalidad. No a una inmortalidad postrada, sino plenamente activa y llena de vida. Nuestras capacidades podrían llegar al máximo de lo que un cuerpo puede hacer.
Y todos nuestros productos tecnológicos, mezclados con la propia naturaleza, todo nuestro mundo artificial, o artificializado, podría estar interconectado en una inmensa red de información, comunicación y control. Y esa red podría llegar a extenderse, poco a poco, por todo el universo.
Estas son algunas de las
Algunos autores han defendido la necesidad de imaginar una nueva política y una nueva economía
Para explorar el panorama que acabamos de dibujar, se requiere una cierta perspectiva especial. Sin embargo, más que necesitar una perspectiva elevada, más que auparnos a hombros de algunos grandes hombres, lo que necesitamos en este caso es ver el futuro
El que los cinco fenómenos que hemos presentado se articulen de una manera fuertemente unitaria y orgánica, que algunos de ellos estén en el corazón de otros y que la manera de interpretar la inteligencia artificial tenga efectos cruciales sobre el futuro del conjunto de todos ellos son ideas originales de mi hijo Ulises. Cuando una mirada está acostumbrada a ver las cosas de cierto modo, es muy difícil no verlas así. Y un mundo nuevo necesita una mirada nueva
Los cinco caracteres que acabamos de perfilar (realidad virtual, realidad ampliada, inteligencia artificial, humanidad mejorada,
Todo esto parece tremendamente nuevo. Sin embargo, vamos a argumentar que podría no serlo tanto. Y que la diferencia última la acaba poniendo cierta manera de entender la inteligencia artificial. Sin entenderla de cierta forma, podríamos no estar teniendo nada nuevo. Podríamos simplemente estar teniendo
Pensemos en la realidad virtual. En sí misma no es un fenómeno en absoluto nuevo. Nos acompaña desde el mismo comienzo de la humanidad. Un importantísimo rasgo diferenciador del
Y desde esos inicios, nuestra realidad fue ya siempre una realidad aumentada. Toda la realidad que nos circunda pasó a ser realidad aumentada principalmente con la aparición del lenguaje. El lenguaje constituyó desde sus lejanos orígenes una poderosa fuente de realidad virtual. Y se mezcló de mil maneras con todos nuestros entornos reales creando realidades aumentadas. El omnipresente contenido conceptual de toda experiencia característicamente humana y la pesada carga teórica de toda observación son los últimos peldaños de esa escalera que comienza con un pie en la realidad y con otro pie en la fabulación simbólica.
La tecnología ha potenciado enormemente la posibilidad de crear realidad virtual. Y nuestra tecnología actual lo ha hecho de una forma que no admite comparación. Casi parece magia. Y ciertamente no hay mucha distinción entre el
La inteligencia artificial es un caso especialmente relevante de realidad virtual. Lo que está en cuestión es la realidad de una mente. Y si la inteligencia artificial se interpretara solo en cierto sentido débil, como ofreciendo meras simulaciones de vida mental, sería ciertamente magia que un robot adquiriera vida mental al ejecutar ciertos programas. Sin embargo, con otras interpretaciones más fuertes no sería ya magia. Sería simplemente ciencia y tecnología
Consideremos de nuevo la caracterización que hicimos de la realidad virtual. Tuvimos mucho cuidado al afirmar que la realidad aparente generada “
El inmenso poder mágico de la realidad virtual se origina justamente en el hecho de que solo cabe afirmar lo primero. La realidad virtual podría no tener la clase de realidad que parece tener. La realidad virtual podría no ser, digamos, una realidad real. ¡Pero también podría serlo! Podría ser una realidad real. Incluso podría ocurrir que casi toda la realidad que consideramos más
Todo esto puede ser directamente aplicado a la inteligencia artificial. En algunos casos, la inteligencia artificial nos ofrece ya algo parecido a mentes virtuales. Cuando menos, nos promete mentes virtuales. ¿Podrán ser también mentes reales? Pues sí, tal vez podrían serlo. Y nuestra tesis consiste justamente en afirmar que ello puede depender crucialmente de un cambio en nuestras actitudes, de un cambio en nuestra propia mente.
Hace unos años John Searle adquirió notoriedad por la contundencia de su rechazo a una interpretación fuerte de la inteligencia artificial. Tal rechazo se basaba en un argumento de estructura muy simple, el llamado
¿Cuál es el punto crucial de este argumento? El punto crucial es tan obvio que pasa fácilmente desapercibido. Searle apela a la
¿Cabe estrictamente una
Pero no es tan difícil ver que el argumento de Searle se desmontaría rápidamente si cambiaran las apreciaciones en primera persona. ¿Cómo encajar una reacción en primera persona que consista en que efectivamente la manipulación de símbolos siguiendo reglas
¿Cómo responder, pues, al argumento de Searle? ¿Cómo unas mentes virtuales pueden llegar a ser consideradas mentes reales? Ya tenemos una buena respuesta: ¡cambiando nuestra propia mente! ¡Cambiando nuestras actitudes!
Fijemos ahora nuestra atención en la realidad aumentada, la humanidad mejorada y la Internet de las cosas. Las relaciones entre la realidad virtual y la realidad aumentada son muy estrechas. Según nuestras caracterizaciones del principio, toda realidad aumentada incorpora algún tipo de realidad virtual. Y aquí volvemos a encontrarnos de lleno con la inteligencia artificial. Pues cada vez más, la inteligencia artificial se está convirtiendo en el principal motor de todas las tecnologías vinculadas a la realidad virtual.
Y también, como dijimos, la humanidad mejorada puede tomarse como un caso especialmente relevante de realidad aumentada. Lo que se haría al mejorar las capacidades físicas y psicológicas del ser humano es
¿Qué hay de la Internet de las cosas? La noción de Internet de las cosas encierra una importante ambigüedad. Siempre ha habido más conexiones entre cosas que entre personas. Las cosas están siempre masivamente conectadas, a través de vínculos físicos y de relaciones informacionales. ¿Qué es entonces lo relevante? Lo que resulta relevante es la clase de realidad aumentada que se obtiene. Lo que ahora resulta relevante es que, a través de las nuevas conexiones entre cosas, principalmente objetos tecnológicos, se despersonalicen, más bien se deshumanicen, procesos de decisión y gestión considerados importantes. Y esto nos lleva de nuevo al campo de la inteligencia artificial. La Internet de las cosas es un tipo de realidad aumentada que nos hace cada vez más prescindibles.
Hay, pues, un importante sentido en el que todo confluye en la inteligencia artificial. Y según se interprete esta, se abren dos grandes caminos: 1) o bien tendremos en verdad algo radicalmente nuevo, 2) o bien solo tendremos más de lo mismo con un grado muy alto de sofisticación y barroquismo técnico.
Si no aceptamos la posibilidad de una inteligencia artificial interpretada en sentido fuerte, de una inteligencia artificial capaz de producir nuevas mentes, y también nuevos tipos de mente, el supuesto nuevo mundo que nos parece ver en el horizonte no será más que un espejismo. Acabaremos teniendo tan solo el
La inteligencia artificial es una provocación que trastoca completamente nuestras maneras habituales de pensar en la realidad y en nosotros mismos. A primera vista, no reconocemos nuestra subjetividad en el espejo de la inteligencia artificial. Nos parece que nuestra naturaleza debe ser muy diferente a lo que encontramos
Realmente, la inteligencia artificial está traspasando límites. Y lo está haciendo muy rápido. El problema actual con la inteligencia artificial no es el de hace unas décadas. Ya no es el de si puede pensar una máquina
Incluso existen estimaciones de la fecha aproximada en la que puede surgir la primera inteligencia artificial plenamente merecedora de tal nombre. La fecha media se sitúa en 2040. A esta aparición suele llamarse
La inteligencia artificial a la vez nos fascina y nos inquieta. ¿Estamos jugando a ser aprendices de brujo? ¿Está nuestra tecnología-magia invocando al diablo? Muchas de las películas y series de ciencia ficción más populares se basan en la idea de una inteligencia artificial que evoluciona hasta un punto en el que la humanidad ya no es capaz de mantener el control sobre sus creaciones, lo cual acaba poniendo en peligro nuestra propia civilización y existencia. Véanse, por ejemplo, las películas
En este sentido, han sido muy divulgadas las declaraciones críticas de Stephen Hawking respecto a la inteligencia artificial. En su opinión el desarrollo de la inteligencia artificial podría significar el fin de la humanidad. Una de sus afirmaciones más rotundas es la siguiente:
De manera resumida, el éxito en crear inteligencia artificial podrá constituir el evento más grande en la historia de nuestra civilización. Aunque podría ser el último, a menos que aprendamos a sortear los riesgos.
Estas frases formaban parte de un discurso suyo pronunciado a propósito de la apertura, el 19 de octubre de 2016, del
En ese mismo acto de inauguración, Huw Price insistía en la misma idea (las traducciones son siempre nuestras):
La creación de máquinas inteligentes probablemente sea un evento único en la vida de un planeta. Y se trata de un futuro que nosotros, los seres humanos, debemos afrontar juntos. Nuestro objetivo es constituir una amplia comunidad con la experiencia y el sentido de un propósito común suficientes para hacer que ese futuro sea el mejor futuro posible.
El mismo diagnóstico se repite cada vez con mayor frecuencia. Y es significativo que esta sensibilidad ante el
Elon Musk, por ejemplo, fundador visionario de
Cada vez estoy más inclinado a pensar que debería haber alguna instancia supervisora con capacidad reguladora, quizás tanto a nivel nacional como internacional, simplemente para que nos aseguremos de no hacer estupideces.
Más recientemente, en el Festival Tecnológico
El peligro de la IA es mucho mayor que el peligro de las armas nucleares. Y nadie sugeriría que podemos permitir que alguien simplemente construya armas nucleares si lo desea. Eso sería una locura.
[…]
Es necesario que haya un organismo público que tenga información y capacidad de supervisión para confirmar que todos están desarrollando la IA de forma segura, esto es extremadamente importante.
[…]
La tasa de desarrollo de la IA es realmente exponencial. Pero tenemos que encontrar la manera de garantizar que el advenimiento de la súper inteligencia digital sea simbiótico con la humanidad. Creo que esa es la crisis existencial más grande que enfrentamos, y una de las más urgentes.
Una preocupación similar se transmite en las siguientes palabras del cofundador de Microsoft, Bill Gates:
Estoy entre aquellos a los que les preocupa seriamente la súper-inteligencia. Primero, las máquinas harán montones de trabajos para nosotros sin ser súper-inteligentes. Esto debería ser positivo si lo gestionamos bien. Unas pocas décadas después, sin embargo, la inteligencia será suficientemente fuerte como para convertirse en motivo de preocupación. Estoy de acuerdo con Elon Musk y con otros en esto, y no entiendo por qué a alguna gente no le importa.
La inteligencia artificial parece estar transgrediendo límites. Parece estar abriendo fronteras que parecían infranqueables. Pero ¿lo está haciendo realmente? De hecho, existen escenarios en los que la inteligencia artificial adopta otras formas diferentes, otras interpretaciones mucho más débiles. Basta pensar en futuros como los que nos presenta la serie
Se puede ser sumamente crítico respecto a las ambiciones de la inteligencia artificial en sentido fuerte y, al mismo tiempo, asumir sin ningún reparo toda la inteligencia artificial que aparece en estos ejemplos. Como acabamos de decir, no hay aquí nada que pueda identificarse con mentes conscientes creadas artificialmente. Como mucho, hay simulaciones de vida mental. El propio John Searle podría sentirse totalmente satisfecho y cómodo manteniendo conversaciones fluidas con los simpáticos robots R2-D2 y C-3PO de
De cualquier modo, el que la inteligencia artificial esté
Hemos visto cómo la inteligencia artificial, interpretada de cierto modo, sí tiene la capacidad de abrirnos las ventanas y las puertas a un nuevo mundo. En ese mundo ya no habría simplemente más de lo mismo, con mucha mayor complejidad y sofisticación. Existiría una tremenda novedad. ¡Habríamos construido mentes! ¡Y estas mentes podrían seguir construyendo otras! Definitivamente, ya nada sería como antes.
Vamos a defender ahora una idea en apariencia muy extraña. Ya la hemos insinuado en apartados anteriores. Se trata de la idea de que aceptar la existencia de mentes artificiales requiere profundos cambios en nuestra propia mente.
No acabamos de saber si una máquina construida por nosotros es capaz o no de tener mente. Pero lo peor de todo es que ni siquiera sabemos cómo podríamos llegar a saberlo. No tenemos nada claro el tipo de criterio que deberíamos utilizar.
Esta situación es típica en fenómenos que dependen de una perspectiva o punto de vista. Que algo dependa de una perspectiva no lo hace irreal ni menos importante. Muchas veces ocurre justo al revés. La mayoría de las cosas que nos importan, en general la mayoría de las cosas que consideramos más reales, dependen fuertemente de una perspectiva. Simplemente tener
Las nociones de perspectiva y de punto de vista están muy conectadas (igual que otras nociones de la misma familia). Podemos decir que tener un punto de vista consiste en la ejemplificación, o instanciación, de una perspectiva por un sujeto. En cualquier caso, el rasgo crucial de las perspectivas y de los puntos de vista es su enorme capacidad para cambiar lo objetivo y lo subjetivo. Son potentes generadores de nuevas objetividades y de nuevas subjetividades.
Debemos explicar mejor todo esto. ¿En qué sentido las perspectivas, y los puntos de vista, son potentes generadores de nuevas objetividades? El sentido relevante tiene que ver con una tensión. Por un lado, los contenidos que nos ofrecen nuestros puntos de vista son los materiales con los que construimos nuestra identidad subjetiva. Y muchos contenidos provocan cambios importantes, incluso pueden llegar a producir auténticas conversiones. Por otro lado, esos contenidos casi nunca son estados meramente subjetivos. No son simplemente estados internos de un sujeto. Esto hace que los consideremos parte de la realidad objetiva. Y como muchas veces esos contenidos tampoco encajan bien con lo que tomamos como la realidad objetiva, por ejemplo la realidad física, los añadimos a ella. Al reflexionar sobre la adopción de puntos de vista siempre vamos de uno de estos extremos al otro. Y podemos describir esta dinámica diciendo que los puntos de vista son fuente de nuevas subjetividades y de nuevas objetividades.
Necesitamos algún ejemplo. Vemos un mundo coloreado. Pero los colores del cielo, de las hojas de los árboles, el color de una fruta madura, etc., no se incluyen con facilidad entre las realidades objetivas con las que nuestras ciencias cuentan. Un mundo coloreado constituye un nuevo tipo de objetividad. Y el verlo coloreado constituye paralelamente un nuevo tipo de subjetividad. Muchos mamíferos, por ejemplo, no son capaces de ver los colores que nosotros vemos. Nuestras subjetividades son diferentes.
Otro ejemplo. En mi bolsillo tengo varios trozos de papel. Desde cierto punto de vista, es dinero. Son dos billetes de veinte euros. Tengo cuarenta euros en el bolsillo. Aunque esto dependa de una serie de intenciones y convenciones, aunque dependa de ciertos puntos de vista compartidos, puedo decir que objetivamente tengo cuarenta euros en el bolsillo. Y también puedo decir que soy un sujeto sensible a las propiedades y relaciones económicas. Seguramente mis primitivos ancestros no lo fueron. Yo sí tengo este tipo peculiar de subjetividad.
El que las perspectivas, y los puntos de vista, sean generadores de nuevas objetividades y subjetividades ha tenido consecuencias decisivas en nuestra historia natural y cultural. Nuestra identidad se refleja en el mundo que tenemos alrededor. Y también encuentra su reflejo en ese mundo. A todo cambio de objetividad le siguen cambios de subjetividad. Las nuevas objetividades generadas por las perspectivas, o por los puntos de vista, ocasionan nuevas subjetividades. Y viceversa.
A diferencia del mundo del neandertal, el mundo del
Las perspectivas, los puntos de vista, cambian lo subjetivo y lo objetivo. No son simplemente identificables con estados de nuestra subjetividad. Tampoco son simplemente identificables con lo que nuestra ciencia considera más objetivo. Pero cambian las dos cosas. Y esta dinámica puede involucrar tanto los diversos puntos de vista que tenga un sujeto como los variados puntos de vista que pueden tener diversos sujetos. Las perspectivas, los puntos de vista, siempre son generadores dinámicos de nuevas objetividades y de nuevas subjetividades.
Nuestra tesis es que solo algo así puede hacer que nuestro mundo actual llegue a ser propiamente un mundo nuevo. Que el eje crucial de este cambio se encuentra en la inteligencia artificial. Y que solo cambiando nosotros mismos, cambiando nuestras actitudes, podremos ver ese nuevo mundo ante nosotros
¿Qué es una mente? La respuesta más simple es que una mente consiste en dolor y en lógica. Una respuesta más elaborada hablaría de estados mentales con un contenido no conceptual o cualitativo (sensaciones visuales, auditivas, táctiles, sensaciones de dolor, emociones, etc.), de estados mentales con un contenido conceptual o proposicional (creencias, deseos, recuerdos, decisiones, etc.) y de cómo todo ello, en un contexto social adecuado, puede llegar a constituir una persona. A menos de que se trate de creencias muy básicas, cambiar solo de creencias no basta para cambiar una mente. Sobre todo -o además- se necesitan cambios en cómo vemos y sentimos la realidad, y en cómo nos vemos y nos sentimos a nosotros mismos.
Volvamos a leer la cita que aparecía al comienzo de este trabajo: “Nosotros no renunciamos a nada”. Pertenece a la serie de televisión
¿Qué significa “no renunciar a nada” cuando estamos hablando de realidad virtual, de realidad aumentada, de inteligencia artificial, de humanidad mejorada, de la Internet de las cosas? Una respuesta puede ser la siguiente. Significa no renunciar a descubrir un mundo completamente nuevo. Significa no renunciar a vivir en él. Significa no dar ningún paso atrás. Y si al final, para ello, es necesario cambiar de mente, significa hacerlo. Con alegría. Sin ningún miedo.
Comparemos lo que puede ser entender la mente con el caso de entender lo que es una escalera de mano, una escalera portátil. Imaginemos una descripción como la siguiente:
Cualquiera capaz de entender esta descripción (extraída de un diccionario) debería entender también lo que son las escaleras de mano. Sobre todo, si ya ha tenido contacto previo con ellas. Comparemos este caso con la descripción de un cierto tipo de estado mental en los siguientes términos:
Muchas veces se ha contrastado la naturaleza de la mente con la naturaleza de cosas como las escaleras de mano alegando que, mientras que la descripción de una escalera de mano dice algo que permite entender completamente lo que son las escaleras de mano, nada de lo que podría decir la descripción de un estado mental consigue ese efecto. Llenemos como llenemos de contenido las variables presentes en la descripción del estado mental (esto es, en nuestro caso, las variables M, N, C, S y R), nunca llegaremos a entender por qué los estados neurológicos N, desempeñando tales papeles funcionales C en los sujetos S que mantienen con el entorno relaciones R constituyen el estado mental M
Llenemos como llenemos de contenido esas variables de la descripción del estado mental, siempre “parece posible” que algo satisfaga la descripción sin que surja el estado mental M, así como que exista ese estado mental M sin que se satisfaga la descripción. Y esto “no parece posible” con la descripción de una escalera de mano. Satisfacer la descripción de una escalera de mano es directamente ser una escalera de mano, y viceversa. En ocasiones se habla de un vacío explicativo (de un
Esto guarda una relación muy estrecha con el planteamiento de John Searle a propósito del experimento mental de la habitación china. También allí
Retomemos la comparación que estábamos analizando. ¿Son tan diferentes las descripciones de cosas como ser una escalera de mano y las descripciones de cosas como los estados mentales? Nosotros también responderíamos que efectivamente lo son. Son descripciones muy diferentes. Pero a nuestra respuesta le acompaña un diagnóstico muy distinto del que acabamos de recoger.
Hay un engaño crucial en la forma de presentar ambas descripciones. En la descripción de las escaleras de mano, presuponemos que entendemos bastante bien todos los conceptos que aparecen en ella. Presuponemos, por ejemplo, que entendemos bien lo que es
Si no contáramos con los usos, historias, perspectivas, etc., que nos permiten entender la descripción de las escaleras de mano, seguramente tampoco podríamos entender a través suyo lo que son las escaleras de mano. Y esto implica que llenando de contenido adecuado las variables de las descripciones de los estados mentales, dándoles un contenido suficientemente ligado a unos usos, historias y perspectivas relevantes, tal vez la descripción resultante, o algunas de las descripciones resultantes, sí podrían permitir entender lo que son los estados mentales en cuestión.
Dicho de otro modo, la descripción de las escaleras de mano nos permite entender lo que son las escaleras de mano porque tenemos ya mucha
Dicho aun de otro modo, en la descripción del estado mental parece haber efectivamente un vacío explicativo. ¡Pero lo hemos puesto nosotros! Y lo mismo cabría decir del experimento mental de la habitación china, planteado por John Searle. Y también del experimento mental de Mary la neuróloga, planteado por Frank Jackson. Los vacíos explicativos los introducimos nosotros al plantear el problema en esos términos.
Así pues, sí hay una diferencia crucial entre la descripción de las escaleras de mano y la descripción de los estados mentales. Pero esa diferencia no sitúa a la mente más allá de cualquier objetividad. Simplemente, sitúa a la mente en otra objetividad diferente.
También hay una diferencia crucial entre entender estas mismas frases aquí escritas, las de esta página, por ejemplo, y llegar a descifrar en las manchas de un jaguar la frase mágica que te hace todopoderoso. Esto es lo que ocurre en el cuento de Borges
Comparemos ahora entender estas mismas frases, las que están escritas en esta página, con llegar a descifrar ese mensaje divino en las manchas de un jaguar. En el segundo caso, es dudoso que pueda llegar a constituirse la objetividad adecuada capaz de rescatar ese contenido de un ámbito meramente subjetivo. Sin embargo, en el caso del significado de lo que aquí está escrito sí existe esa objetividad. Y lo que estamos argumentando es que no hay razón para creer que no pueda llegar a existir también una objetividad análoga en el caso de la mente.
Que estas palabras y frases signifiquen lo que significan no es un asunto meramente subjetivo. Hay un espacio importante de objetividad. Y esta objetividad constituye una novedad respecto a la objetividad que solemos reconocer en los hechos físicos. Ha sido creada por nuestros puntos de vista. Y nuestra subjetividad también ha cambiado al verse reflejada en esa nueva objetividad. A esa nueva objetividad le acompaña una nueva subjetividad. Nada de esto implica que los puntos de vista se sitúen fuera de la realidad. Muy al contrario, esta dinámica de creación de nuevas objetividades y nuevas subjetividades ha de verse como una parte esencial de la propia realidad.
¿Qué tiene todo esto que ver con el reconocimiento de la inteligencia artificial en sentido fuerte? La conexión es directa. Con la inteligencia artificial está empezando ya a existir una nueva objetividad creada por nuestros puntos de vista, una nueva objetividad capaz de provocar cambios en nuestra subjetividad. Al igual que existe ya, desde hace algún tiempo, una nueva y muy importante objetividad respecto a la identidad neuronal de muchos de nuestros estados mentales, o al menos respecto a algunos de sus aspectos
Son nuevas objetividades gracias a complejas redes de usos, historias y, en general, perspectivas. Y a esas nuevas objetividades les acompañan nuevas subjetividades.
En el caso de la identidad neuronal de nuestros estados mentales, o de algunos aspectos suyos, nuestra subjetividad es de hecho muy diferente de la existente hace siglos. No se trata de cambios en nuestras creencias periféricas. Se trata sobre todo de actitudes y emociones, de la manera como llegamos a ver el mundo y a vernos a nosotros mismos. Nuestra mente ha cambiado. El caso de la inteligencia artificial, es mucho más reciente. Y mucho más difícil de asumir. Sobre todo, porque no se trata solo de nuestra mente. Se trata de otros tipos de mentes. Es más, se trata de otras mentes que, aun de poder realmente existir, ni siquiera existen aún.
Debemos repetir ahora nuestras tesis. El mundo que están configurado fenómenos como la realidad virtual, la realidad aumentada, la inteligencia artificial, la humanidad mejorada y la Internet de las cosas solo será un nuevo mundo si la inteligencia artificial se asume en un sentido muy fuerte, en ese sentido que implica la posibilidad de que realmente existan mentes artificiales. Y para poder asumir la inteligencia artificial en ese sentido fuerte, seguramente deba cambiar nuestra propia mente. No solo algunas de nuestras creencias periféricas sobre lo que es la mente, sino nuestras creencias más profundas. Y sobre todo, nuestras actitudes y nuestras emociones, nuestra forma de ver el mundo y de vernos a nosotros mismos.
Para poder estar ante un auténtico
El mundo de los robots de Asimov ilustra perfectamente esta idea. Pues, aunque a primera vista lo parezca, tampoco es un mundo realmente nuevo. Los robots de Asimov solo son construcciones nuestras. Tan solo siguen mecánicamente reglas. Y entre esas reglas están las famosas leyes de la robótica que nos protegen de funcionamientos no deseados. Los robots de Asimov son únicamente
Este trabajo ha sido realizado en el marco de los Proyectos de Investigación
Las fechas que se mencionarán en películas y series corresponderán siempre a los estrenos de las primeras versiones.
Lanier (
Otra excepción al clima general de indiferencia académica respecto a los fenómenos que estamos considerando es David Chalmers. La inteligencia artificial siempre fue una de sus obsesiones. Y desde hace varios años también se ha interesado seriamente por cosas como la realidad virtual (al hilo de las sugerencias metafísicas de
Sobre las posibilidades y límites de la realidad virtual véase Lanier (
El libro de Asimov sirvió a su vez de base a la película
Una interesante y muy amena historia de los antepasados de nuestros actuales robots se encuentra en Peirano y Bueno (
Ray Kurzweil es uno de los autores actuales más entusiastas respecto a los avances de la inteligencia artificial. Su pronóstico es que en torno al 2029 existirán ya inteligencias artificiales capaces de superar sin problemas el Test de Turing (véase Kurzweil,
Véase la ya clásica compilación de trabajos de Savulescu y Bostrom (eds.) (
Los análisis de Lanier (
Bostrom (
Muchas veces, Ulises me dice que “le copio todas las ideas”. Esto es literalmente verdad en este trabajo. Las principales ideas que aquí se presentan surgen de manera muy natural en alguien que ha sido, y se siente, plenamente
Se ha dicho que la ciencia del siglo XXI tiene cuatro elementos básicos: el átomo, el bit, el gen y la neurona. Las tecnologías biomédicas trabajan cada vez más con los tres últimos. Las tecnologías computacionales con los dos primeros. El bit es el elemento compartido.
Según la llamada
Nuestra propia ciencia sugiere tal hipótesis en dos frentes muy distintos. De una parte, las ciencias cognitivas, especialmente la psicología de la percepción, han llegado a elaborar una concepción de la experiencia de acuerdo a la cual todo lo que creemos tener a nuestro alrededor no es más que una construcción o proyección nuestra. De otra parte, está la física. Si las actuales concepciones holográficas de nuestro universo son correctas, todo lo que observamos puede no ser más que una especie de inmenso holograma generado por una realidad más básica con menos dimensiones.
Son muchas las publicaciones donde John Searle ha presentado este argumento. Véase, por ejemplo, Searle (
Esto ocurriría en las arquitecturas computacionales basadas en las redes neuronales. El argumento de Searle podría seguirse sosteniendo en estos casos. Hasta llegar a cierto punto en el que ya no hubiera mera simulación de una mente, sino una clara duplicación.
Claramente es así en los campos de la elaboración y procesamiento de historiales médicos, del diagnóstico mediante sistemas expertos y de la incorporación de procesos de automatización en la administración de medicamentos. También en el diseño de todo tipo de prótesis. Y en el desarrollo eficiente de tecnologías genéticas, como por ejemplo el CRISPR.
Uno de los principales orígenes de este problema es, por supuesto, el clásico trabajo de Turing (
Véase de nuevo Bostrom (
La inteligencia artificial está sustituyendo a vampiros y
Aspectos y sentidos son nociones correlativas. Cada
Lanier (
El esquema de descripción que hemos ofrecido para los estados mentales intenta integrar todos los factores que suelen considerarse relevantes: tipos de estados neurológicos N, tipos de papeles computacionales C, tipos de sujetos S y tipos de relaciones R entre los sujetos y sus entornos.
Véase Jackson (
Incluido en
La formación de esa objetividad debe simplemente aceptarse como un hecho. Y como un hecho, por cierto, sumamente revelador de la propia naturaleza de los
En su libro