RESEÑAS DE LIBROS/BOOK REVIEWS

 

Reseña del libro "El rizoma oculto de la psicología profunda, Gustav Meyrink y Carl Gustav Jung"

 

Montiel, Luis
El rizoma oculto de la psicología profunda, Gustav Meyrink y Carl Gustav Jung
Madrid: Frenia, 2012; 299 pp. ISBN: 978-84-695-3540-0

 

Gustav Meyrink es considerado un clásico de la llamada literatura fantástica, ese género suficientemente amplio y confuso, considerado menor con frecuencia, en el que tienen cabida, entre otros, elementos góticos, mágicos o esotéricos. En los últimos años, su obra ha sido objeto de un inusitado interés; la tesis doctoral de Amanda Charitina Boyd, Demonizing Esotericism: the Treatment of Spirituality and popular Culture in the Works of Gustav Meyrink (2005), que sitúa la obra del novelista austriaco en la encrucijada entre literatura, religión y culturas populares, o los más recientes trabajos de Helmut Binder, Gustav Meyrink. Ein Leben im Bann der Magie (2009), y de Theodor Harmsen, Der magische Schriftsteller Gustav Meyrink, seine Freunde und sein Werk, beleuchtet anhand eines Rundgangs durch die Meyrink-Sammlung der Bibliotheca Philosophica Hermetica (2009), han revolucionado, en muy buena medida, el acercamiento académico a la obra de Meyrink. 


Buen conocedor de toda esta literatura y, por supuesto, de la obra de Meyrink, Luis Montiel hace gala, una vez más, de su muy especial sensibilidad para relacionar creación literaria con conocimiento “científico” y nos propone un fascinante viaje desde el ocultismo a la psicología profunda, relacionando directamente los contenidos de las narrativas de ficción de Meyrink con las ideas centrales de la psicología junguiana. Porque, si Montiel, como acabo de decir, conoce en profundidad la novelística de Meyrink, es también un reconocido estudioso de la obra de Jung; de no ser así, no hubiera podido detectar y analizar con tanto rigor y solvencia esta conexión “oculta” entre ambos autores.


La monografía que nos ocupa tiene como antecedente importante otro libro de Montiel titulado La novela del inconsciente (1998) en el que no solo nos revelaba la existencia del escritor, desconocido para muchos en nuestro medio, sino que nos advertía ya de la presencia de categorías junguianas en la obra de Meyrink; así, la figura del Golem se nos presentaba como la mejor caracterización literaria del arquetipo denominado der Schatten (la sombra), antes de que Jung comenzara a construir su teoría de los arquetipos. En un sentido más amplio, el análisis de tres novelas de Meyrink: El Golem, El rostro verde y El dominico blanco, permitió a Montiel explicar de qué manera dichas obras de ficción ilustraban una de las claves fundamentales de la psicología analítica: el “proceso de individuación”.


Pues bien, El rizoma oculto de la psicología profunda incide en estas cuestiones con mayor profundidad y ambición. Ya no son solo tres novelas emblemáticas a través de las cuales se aventuraban hipótesis más o menos arriesgadas. Ahora, el objeto de estudio es la práctica totalidad de la obra de Meyrink tamizada por nuevas lecturas, por inquietudes intelectuales probablemente mejor definidas y, sobre todo, por el poso que dejan las reflexiones sosegadas y, como el propio autor advierte, el intercambio o el feed-back con alumnos y colegas. El objetivo de partida es, en parte, similar al de anteriores trabajos: postular el valor de prueba que las novelas de Meyrink poseen respecto de la construcción doctrinal formulada por Jung, pero la tesis defendida en esta ocasión es más elaborada, más compleja, pues se trata de demostrar que en dichas novelas se encuentra detallado en el nivel de “vivencia” –aunque se trate de las vivencias de los personajes literarios- lo que, algún tiempo después, estaría contenido en la obra teórica junguiana. El propio Jung llegó a reconocer esta relación cuando en Sobre la psicología del inconsciente y a propósito del arquetipo zauberische Dämon (el demón mágico) afirmaba que tanto Meyrink como él mismo llegaron a formulaciones similares por caminos diferentes. En el caso del novelista “a partir de su inconsciente”.


Y es así como Montiel nos presenta a Meyrink, como alguien que se lanzó a bucear en su inconsciente, a despertar capacidades psíquicas que en un comienzo vinculó a la magia, pero también como un receptor excepcionalmente sensible a las influencias del ambiente. Experimentando una enorme desazón ante el mundo de su época, Meyrink no fue, ni mucho menos, el único que buscó opciones en la mística. En este sentido, afirma Montiel, el escritor y su obra se muestran a la vez como síntoma de una enfermedad de la cultura y como ejemplo de un peculiar proceso de curación; proceso que desembocaría en el mismo lugar en que lo hizo una cierta medicina de la mente.


Una vez planteado su punto de partida, dejando muy clara su “pregunta de investigación” y su marco teórico, Montiel va desgranando con maestría, a lo largo de los seis capítulos del libro, una serie de argumentos precisos que ilustran de manera minuciosa y erudita las importantes conexiones entre Meyrink y Jung. El primer capítulo aporta un inteligente semblante biográfico de Meyrink que hace hincapié en su compleja trayectoria vital, en su búsqueda permanente o en la importancia de der Lotse (el piloto) en su recorrido. Se trata de una biografía breve y dirigida, muy necesaria porque no solo nos acerca más al autor estudiado sino que nos permite comprender mejor ese tránsito del mundo oculto al mundo “psi”. Un camino que se irá desvelando en los sucesivos capítulos mediante el análisis de la obra meyrinkiana. A propósito de El juego de los grillos y La noche de Walburga, se exponen las premoniciones de Meyrink sobre el impulso tanático y el contagio psíquico, de tal modo que los motivos “ocultos” de la Gran Guerra argumentados por Meyrink, e interpretados tradicionalmente desde una perspectiva esotérica, son explicados aquí, desde un punto de vista eminentemente psicológico. Las tres novelas que habían sido objeto de La novela del inconsciente son releídas, revisitadas y sometidas a nuevas interpretaciones: En El Golem se identifican arquetipos junguianos: la sombra, el anima y el animus, o el sí-mismo; El rostro verde nos ilustra sobre la necesidad del otro; y en El dominico blanco queda patente el rescate del mal, de lo rechazado. Finalmente, El ángel de la ventada del oeste y un texto inacabado titulado La casa del alquimista permiten a Montiel analizar los peligros del psicoanálisis y del proceso de individuación reflejados en ambos relatos. 


En definitiva, se termina demostrando, de qué manera los abigarrados relatos de Meyrink, repletos de magia, alquimia y astrología; de reencarnaciones, transfiguraciones y sueños; de religiones y tradiciones místicas orientales y de no pocos misterios esotéricos del alma humana, terminan convirtiéndose, según la lectura que Montiel nos ofrece de los mismos, en un singular y valioso tratado de psicología profunda avant la lettre. El ocultismo meyrinkiano ciertamente ocultaba algo: un saber sobre el inconsciente que, paralelamente, se estaba gestando también en la obra de Jung. En este recorrido desde el ocultismo a la psicología profunda la obra de Meyrink, piensa Montiel, contribuyó de algún modo a que la época fuese más sensible, más proclive a la aceptación de un psicoanálisis que acababa de nacer, lo que le lleva a hablar de un rizoma oculto –ocultista- del novedoso pensamiento sobre el psiquismo humano. 


Esta metáfora del rizoma oculto, utilizada ya en el título del libro, parece muy apropiada pues, en efecto, ese tallo subterráneo (oculto) que puede emitir tanto raíces como brotes herbáceos, puede ilustrar bastante bien ese camino hacia la psicología profunda desde puntos de partida diferentes y bajo trayectorias distintas. Pero si la metáfora botánica resulta eficaz y relativamente sencilla para el caso que nos ocupa, no puedo dejar de señalar la evidente coincidencia con la propuesta de Gilles Deleuze y Félix Guattari en Capitalismo y Esquizofrenia (1972, 1980), cuando denominan “rizoma” a un modelo descriptivo o epistemológico en el que la organización de los elementos no seguiría líneas de subordinación jerárquica, con una base o una “raíz” única que da origen a múltiples ramas (como el árbol de Porfirio), sino que cualquier elemento puede afectar o incidir en otro. Dicho de otro modo, la estructura del conocimiento no se deriva por medios lógicos de un conjunto de “primeros principios”, sino que se elabora simultáneamente desde diversos puntos y bajo la influencia recíproca de múltiples observaciones y conceptualizaciones. En definitiva, con dicho modelo se pretendía mostrar que la estructura convencional de las disciplinas cognoscitivas no refleja simplemente la estructura de la naturaleza, sino que es un resultado de la distribución de poder y autoridad en el cuerpo social. No se trata de profundizar aquí en el pensamiento post-estructuralista de los autores franceses, ni tampoco relacionar su propuesta metodológica con el marco teórico adoptado por Montiel, que es propio y original, pero si al menos hacer notar que la existencia de ciertas conexiones “ocultas” pueden ser más frecuentes de lo que parecen.


Finalmente, merece la pena destacar que El rizoma de la psicología profunda es, por el momento, la última entrega en la dilatada y sólida obra Luis Montiel. Sus importantes aportaciones a los estudios sobre Medicina y Literatura o a la historia de la medicina romántica alemana han confluido en los últimos años en un especial interés por temas “periféricos”, que se sitúan en el límite de la ortodoxia médica, cuando no directamente en una marcada heterodoxia. Se trata de un proyecto intelectual original y arriesgado, que ha exigido a este catedrático de historia de la medicina de la UCM a salirse del guión habitual más o menos impuesto por su “disciplina” académica para adentrarse en aventuras intelectuales de largo alcance tan creativas como científicamente rigurosas. Con una capacidad de trabajo fuera de lo común, solo en los últimos años nos ha ofrecido una abrumadora serie de trabajos, entre los que mencionaré En ningún lugar, en parte alguna (Frenia, 2003. En colaboración con Ángel González de Pablo); Daemoniaca (MRA, 2006); Medicina y ocultismo (dossier monográfico de la revista Asclepio, 58 (2), 2006); Magnetizadores y sonámbulas (Frenia, 2008); así como Histoire sommaire de la maladie et du somnambulisme de lady Lincoln (Tallandier, 2009. En colaboración con Nicole Edelman y Jean-Pierre Peter) y… naturalmente, El rizoma de la psicología profunda, un libro de madurez y de gran solvencia científica, bien documentado y escrito con claridad; un libro en definitiva, producto de la experiencia investigadora y del “buen oficio” de su autor. Pero, como creo que ha quedado claro a lo largo de esta reseña, en ningún momento estamos ante una obra hecha “con oficio” sin más. En El rizoma oculto… se defiende con éxito una tesis, lo que debería ser un requisito imprescindible para cualquier investigación científica de esta naturaleza, en una narrativa comprometida en muchos sentidos. Además, el innegable talento interpretativo de Montiel, hace de este trabajo una aportación especialmente relevante, a mi juicio, a la historiografía de la medicina, del psicoanálisis, de la literatura y, en un sentido más amplio, a la historia cultural del conocimiento. Una obra que, con seguridad, fascinará a un número amplio de posibles lectores: historiadores, psicólogos, psicoanalistas, filósofos, filólogos, pero también, al margen de las corsés disciplinares, a todos aquellos interesados por los a veces frágiles límites entre el pensamiento racional y “lo” irracional y, en definitiva, por la condición humana.


 

Por Rafael Huertas
CCHS-CSIC
Email: rafael.huertas@cchs.csic.es

 

Cómo citar este artículo / Citation: Huertas, R. (2013). Reseña del libro "El rizoma oculto de la psicología profunda, Gustav Meyrink y Carl Gustav Jung". Arbor, 189 (760): a027. http://arbor.revistas.csic.es/

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