RESEÑAS DE LIBROS / BOOK REVIEWS

 

RESEÑA DEL LIBRO "CIENCIA Y SABIDURÍA DEL AMOR: UNA HISTORIA CULTURAL DEL FRANQUISMO (1940-1960)"

Rosa María Medina Doménech
Ciencia y sabiduría del amor: una historia cultural del franquismo (1940-1960)
Madrid: Iberoamericana-Vervuert, 2013, ISBN: 978-84-848-9684-5

 

 

El amor en los tiempos de Franco

Aunque no he podido conseguir el dato fehaciente, tengo para mí que de todas las obras que han conseguido el prestigioso “Premio Anagrama de Ensayo” en sus ya treinta ediciones, una de las más conocidas y seguramente la más vendida (la última, de 2010, es la decimosexta edición, si no me equivoco) es la que obtuvo el citado galardón en el 1987. Dicho año, Carmen Martín Gaite sorprendió al jurado del premio con un sugerente y delicioso ensayo sobre las relaciones de amor entre hombres y mujeres durante los primeros años del franquismo que, ironías de la vida, contribuyo más que ninguna de sus novelas a que esta escritora salmantina se diese a conocer entre el gran público. 


Usos amorosos de la posguerra española (1987) planteaba una tesis que, sin ser del todo nueva, sí se explicaba por primera vez de una forma clara y convincente. Tras estudiar varias fuentes del período, prestando una especial atención a la prensa cercana al Movimiento, la autora llegaba a la conclusión de que las dos palabras clave —restricción y racionamiento— que habían dominado el vocabulario de uso común en España durante los duros años de la Guerra Civil, no desaparecieron del todo con el final de la contienda. Según Martín Gaite, esta disciplina de la austeridad que se adueñó de la mentalidad de los españoles pasó del ámbito económico a la esfera de la moral y los sentimientos, de manera que ambas palabras “sufrieron un desplazamiento semántico, pasando a abonar otros campos, como el de la relación entre hombres y mujeres, donde también constituía una amenaza terrible dar alas al derroche”. Tratar de entender cómo vivieron las generaciones educadas en el franquismo estas consignas de contención del ímpetu amoroso juvenil y de canalización de esas energías hacia la institución familiar fue el objetivo fundamental de un libro que, sin llegar a ser un trabajo académico en el sentido purista del término, sí ha sido —y sigue siendo— una obra de referencia para el estudio de la llamada “historia del género” o “historia de la mujeres” en la España de Franco.


Como explica la profesora de Historia de la Medicina en la Universidad de Granada, Rosa Medina Doménech en el prólogo a su reciente monografía Ciencia y sabiduría del amor: una historia cultural del franquismo (1940-1960) (Iberoamericana-Vervuert, 2013), el libro de Martín Gaite le sirvió a ella misma como “libro de cabecera” e “inspiración metodológica” a la hora de iniciar su propia investigación sobre el amor en los tiempos de Franco. No obstante esta reconocida influencia, y como argumenta la propia Medina en ese texto liminar a su monografía, más allá del contexto histórico —las dos primeras décadas del franquismo— en el que se enmarca el objeto de estudio, que sí es el mismo para ambos casos, existen notables diferencias de forma y de contenido entre ambos libros. Quizá la más significativa de ellas es que, mientras Martín Gaite realizó su análisis del modelo de mujer y de relación amorosa elaborado por el Estado y la Iglesia franquista nutriéndose básicamente de las publicaciones afines al régimen, Medina propone —sin renunciar en absoluto a esas fuentes hoy más trabajadas que entonces— una nueva perspectiva que permita “poder hablar por fuera del franquismo”, a través del uso de herramientas teóricas y materiales distintos a los empleados tradicionalmente. Entre los testimonios que conforman ese “archivo contracorriente” del que se sirve la autora están “la inexplorada obra de la feminista sevillana María Laffitte, las cartas escritas a consultorios amorosos por mujeres jóvenes de toda la geografía del país, algunas canciones populares, novelas de escritoras como Carmen Laforet, Mercedes Formica, Lilí Álvarez, Elena Soriano o Carmen de Icaza o memorias de mujeres como Carmen de lirio, además de algunas fotografías de la época” (p. 21).


La idea que está en la base de Ciencia y sabiduría del amor es que, si bien no existió un discurso único sobre el amor durante el franquismo, sí existió, sin embargo, un discurso hegemónico en el sentido gramsciano del término; un discurso potenciado por el poder y avalado por los expertos del momento: Marañón, López-Ibor, Vallejo-Nájera, Brachfeld, y otros médicos de enorme prestigio. Frente a este punto de vista sobre la naturaleza biológica de la mujer y sobre las relaciones entre los sexos, Medina propone el análisis de lo que podríamos llamar discursos periféricos o “antidiscursos”: saberes alternativos generados por grupos subalternos cuya voz —silenciada durante siglos por la “historia oficial”— ha sido rescatada por los estudios poscoloniales y por la historia cultural realizada “desde abajo”, como proponía E. P. Thompson en su celebérrimo ensayo sobre la clase obrera inglesa. A esta declaración de principios expuesta en el prólogo, se añade otro loable propósito que guía el conjunto de esta original investigación: la necesidad de no confundir —como propuso con su habitual buen ojo el historiador francés, Roger Chartier— lo que son “representaciones”, entendiendo por estas ciertos constructos culturales que influyen en la mentalidad o el imaginario colectivo de la sociedad en una época determinada, de lo son que las “prácticas” o acciones concretas a través de las cuales cada individuo se desempeña. En definitiva, se trata de que la cultura popular desarrollada durante estos años centrales del siglo XX español se convierta “en un lugar para la extracción de saberes y no en una mera receptora de los mismos”, dotando a esas voces subalternas del lenguaje necesario que nos permite convertir la sabiduría popular en conocimiento.


El primero de los tres grandes bloques —“La ciencia del amor”— en los que la profesora Medina estructura su obra, que también es el más extenso (ocupa 122 páginas, más de la mitad del total), se centra en establecer el contexto social y cultural en el que debemos leer e interpretar esas nuevas fuentes investigadas por la autora. Mediante el estudio de los textos escritos por médicos y psiquiatras de la época, la autora demuestra que esas ideas sobre el amor que circulaban durante los cuarenta y los cincuenta iban dirigidas a acabar con aquellos posibles modelos de feminidad que surgieran como alternativa o respuesta a ese modelo oficial y omnipresente de la mujer concebido por la Iglesia y las instituciones de la dictadura. Así, vemos como durante estas décadas se produjo un deliberado intento de frenar el inevitable impacto de esa modernidad que a través de la cultura de masas visual lograba rebasar nuestras fronteras ideológicas para cuestionar ese ideal de mujer definida por sus “naturales” funciones biológica y social, ligadas a la maternidad y al cuidado de la familia en el ámbito del matrimonio.


Una vez analizado el contexto y reflejadas todas las opiniones de los expertos que conforman ese discurso hegemónico al que he aludido, Medina dedica el segundo capítulo de su ensayo a interpretar y sacarle todo el jugo a la obra de María Laffitte y Pérez del Pulgar, La secreta guerra de los sexos (1958), una obra —hoy olvidada— escrita, según Medina, contra el discurso misógino de autores que, como hicieron José María Pemán y otros, defendieron la radical separación de los sexos en todos los ámbitos de la vida, reduciendo la función de la mujer a mero objeto sexual del hombre, sin ningún tipo de interacción en el seno de la pareja. Frente a este discurso diferencialista, nos enteramos —gracias a la lectura que hace Medina de su obra— de que Laffitte proponía un modelo mujer diametralmente opuesto en el que “la relación mujer/hombre debía ser un flujo mutuo de influencias para una auténtica transmutación, hasta el punto de iniciar un camino para la desestabilización de los rígidos roles asignados a los géneros —dentro del marco de la heterosexualidad— al cuestionar que feminidad/masculinidad fueran dos espacios (o esferas) irreconciliables e impermeables de identidad” (p. 199).


El tercer y último bloque del libro tiene como objeto la formulación de una justificada propuesta teórica y metodológica: para ampliar nuestro conocimiento de los usos amorosos de la posguerra española debemos ir más allá de ese discurso oficial sobre el modelo de “la mujer madre y esposa” propugnado por el establishment nacional-católico. Para ello, lo que hace Medina en estas páginas es lo que debería hacer todo buen historiador: convertir en fuentes para su investigación materiales (canciones de la época, consultorios amorosos escritos por mujeres, etc.) que, por haber sido elaborados en “espacios textuales desautorizados” o por sujetos históricos que no gozan del prestigio y la autoridad que si concedemos a los “expertos”, jamás han merecido este estatuto. Como explica la autora, las jóvenes españolas de la posguerra combatieron el mito del “amor romántico” a través de una serie de aportaciones individuales que cobran todo su sentido cuando se las ve en conjunto como un proceso —al que Medina da el nombre de “orquestación del amor”— de creación de un conocimiento paralelo al establecido o regulado por el poder; una sabiduría popular ajena —y muchas veces, opuesta— a la ciencia del amor: a ese discurso hegemónico que nunca llegó a ser único, pues, como diría Natalie Zemon Davies, siempre hubo mujeres que se movieron en los márgenes.


En las conclusiones a su monografía dice Rosa Medina haberse fijado como objetivo el de “convencer a lectores y lectoras de que las aportaciones contenidas en cartas, recuerdos y canciones son mucho más reveladoras y notables que las que contenían los libros y artículos científicos de la época” (p. 236). Desde mi humilde punto de vista como lector e historiador, debo decir que el libro no solo logra cumplir con ese ambicioso cometido sino que invita, además, a una reflexión tan urgente como necesaria. Ciencia y sabiduría del amor es una de esas contadas contribuciones a la historiografía española que deberían pasar de la lista de novedades bibliográficas a la de las obras de lectura ineludible para todos aquellos quieran saber de qué hablamos cuando hablamos —muchas veces sin ton ni son— de “historia de las emociones” o “historia de los sentimientos”. Si el movimiento se demuestra andando, no se me ocurre mejor manera de acercarse a esta corriente historiográfica de escasa —y muy reciente— implantación en nuestro país (la propia profesora Medina es una de las personas que más están contribuyendo a su difusión entre nosotros) que a través de esta investigación ejemplar. Una documentada y argumentada monografía que servirá para dar a conocer en España una forma distinta de hacer historia que, en contra de lo que suele ser habitual entre los historiadores más ortodoxos, prefiere pasar de lo objetivo a lo subjetivo, fijándose para ello no tanto en lo cuantitativo de las fuentes, sino en lo cualitativo. Y es que, como reza la máxima atribuida a Blaise Pascal, “el corazón tiene razones que la razón no entiende”.


 

Por Francisco Fuster García
Universidad de Valencia
Email: Francisco.Fuster-Garcia@uv.es

 

Cómo citar este artículo / Citation: Fuster García, F. (2013). Reseña del libro "Ciencia y sabiduría del amor: una historia cultural del franquismo (1940-1960)". Arbor, 189 (762): a062. http://arbor.revistas.csic.es/

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