RESEÑAS DE LIBROS/BOOK REVIEWS

 

RESEÑA DEL LIBRO "LA ESPAÑA DEL DESARROLLO. EL ALMIRANTE CARRERO BLANCO Y SUS HOMBRES"

 

José Luis Orella



La España del desarrollo. El almirante Carrero Blanco y sus hombres
Valladolid, Galland Books. 2014, 279 pp. ISBN: 978-84-16200-04-7



 

 

Estudio riguroso y documentado, sobre la labor de los tecnócratas en la España del franquismo. Partiendo de la premisa de la necesidad de salir del aislamiento ante una economía maltrecha, el autor expone el desarrollismo como punta de lanza de cara al evolucionismo político: solo con un tejido social fortalecido sobre bases sólidas será posible un cambio en la estructura del Estado. Desde esta perspectiva novedosa, Carrero Blanco se presenta como el factotum de un nuevo equipo de Gobierno que, sustentado sobre la valía profesional y capacidad de gestión, articula la necesaria transformación de la sociedad española. De este modo entra en el tablero una nueva ficha –los tecnócratas- con la que Franco tendrá que jugar frente a monárquicos, falangistas y también democratacristianos en sus particulares juegos gubernamentales. Laureano López Rodó se convertirá en protagonista de este movimiento renovador, en el hombre imprescindible de la reforma que, con Mariano Navarro Rubio, Alberto Ullastres y unos años más tarde Gregorio López Bravo, configurarán el núcleo aglutinador que cimentase el futuro del régimen en la instauración de una Monarquía social.


Fracasado el proyecto inspirado por Arrese y mitigado el poder del Movimiento de las instituciones del Estado, el marino Luis Carrero Blanco va a capitalizar con su equipo, a partir de 1957, un viraje hacia la institucionalización del régimen a través de lo que se denominó “democracia orgánica”. El profesor Orella aborda con maestría la llegada de estos tecnócratas a los puestos de dirección y lo hace con el bagaje cultural que le confiere el haberse convertido en uno de los mayores conocedores de nuestro pasado más reciente y con una perspectiva pluridisciplinar que se respira en todas las páginas de la obra. Especialmente acertadas resultan las aproximaciones biográficas que hace de cada uno de los protagonistas que desfilan a lo largo de la publicación, así como las referencias transversales a países, movimientos y planteamientos ideológicos. José Luis Orella discrepa de la recurrente visión historiográfica que sitúa al Opus Dei como una “familia” más dentro del régimen impulsora del ascenso de los tecnócratas en el gobierno e incluso incide en la escasa vinculación y coordinación política que existía entre ellos. El autor además no se queda en la superficie de los técnicos desarrollistas sino que profundiza en todos los equipos humanos que desde las diferentes administraciones hicieron posible el desarrollo. El autor pone en valor a personalidades que, como Ángel López Amo, han sido menos trabajadas por la historiografía pero que desempeñaron un papel protagonista en el fundamento de los Planes de Desarrollo. El extensísimo elenco de nombres que se citan en el libro demuestra no sólo un manejo bibliográfico de primer orden sino también una riqueza documental que confieren a la investigación un carácter novedoso. En este sentido, parte de la documentación consultada en la Fundación Nacional Francisco Franco o en el Archivo General de la Universidad de Navarra (donde se conservan los fondos de López Rodó ya trabajados por Cañellas) nos permite un acercamiento a la trayectoria ideológica y profesional de muchos de los hombres que desde el régimen –Secretaría General Técnica de Presidencia del Gobierno, entre otras- evolucionarán hacia diferentes opciones políticas ocupando puestos de relevancia en la España democrática (Landelino Lavilla, José Luis Meilán Gil, José Manuel Romay Becaría, Luis Ángel Rojo, Ramón Tamames…). Por ello esta obra se convierte en pieza clave para comprender las raíces de muchos de los dirigentes españoles en respuesta clara a sus veleidades institucionales. Interesante también el capítulo “Del maquis a los salones de papá”, donde claramente se descubre el origen de los líderes dirigentes de la oposición no sólo en el FLP sino también el ámbito sindical e incluso en el PCE.


En la obra se trata de comprender también la articulación de un marco jurídico acorde con el desarrollismo en ciernes, las “leyes que abrieron el régimen” y que culminaron con la aprobación de la Ley Orgánica del Estado, en una operación dirigida a vender el aperturismo del régimen. Así el autor se adentra en el conflicto que supusieron para el Estado disposiciones tales como la Ley de Libertad religiosa, las negociaciones del nuevo marco diplomático con la administración Kennedy o con los países comunistas ante la necesidad de abrir nuevos mercados. En este sentido pueden no compartirse algunas de las reflexiones del autor respecto a la Iglesia y a la labor de los obispos posteriores al Concilio en relación con el papel de Tarancón en la Conferencia Episcopal o incluso en la oposición del clero vasco ante el nacimiento de ETA, materias no obstante en las que el profesor José Luis Orella ha despuntado ya como referente y sobre las que maneja materiales de primera mano. Muy interesante resulta el enfoque que el autor confiere a la mediación pragmática de los tecnócratas en la tradicional amistad con el mundo árabe e hispanoamericano, así como la posición de España ante las instituciones europeas. Todo ello se verá truncado cuando, con el asesinato de Carrero Blanco en 1973, se pone fin a la experiencia aperturista de los tecnócratas en España. El nuevo Gobierno de Arias Navarro eliminará su presencia aunque en palabras de José Luis Orella, el legado de los tecnócratas “ayudará a una transición distinta tras la muerte del general Franco”.


En definitiva se trata de una obra atrevida, sugerente, conveniente y precisa que responde a unos parámetros científicos rigurosos y casi exponenciales en el actual ámbito académico. La edición, muy cuidada, incluye un interesantísimo apéndice fotográfico con imágenes inéditas y de interesante valor documental, que desmitifican la visión reduccionista del régimen de Franco en el tiempo en el que los tecnócratas hicieron del desarrollismo económico el motor de una transformación social que permitiese, tiempo después, el cambio político: dada la esterilidad ideológica del franquismo de los cincuenta, sólo la estabilidad social y política de herencia tecnócrata pudo sustentar la posterior evolución del régimen.



 

Por Cristina Barreiro Gordillo
Universidad CEU-San Pablo
cbarreiro@ceu.es

 

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