RESEÑAS DE LIBROS/BOOK REVIEWS

 

Ortega López, Teresa María, Aguado Higón, Ana y Hernández Sandoica, Elena (eds.). Mujeres, dones, mulleres, emakumeak. Estudios sobre historia de las mujeres y del género. Madrid: Ediciones Cátedra, 2019. 448 páginas. ISBN: 978-84-376-3977-2

 

Las últimas décadas han dado cuenta del imparable desarrollo y consolidación de los enfoques teóricos y metodológicos de la historia de las mujeres y del género en nuestro país. Esta obra colectiva es buen ejemplo de ello y reúne, a lo largo de sus páginas, a más de veinte especialistas en la materia que exponen a través de sus estudios la gran variedad de líneas de investigación que ofrece esta especialidad historiográfica. Asimismo, el libro cuenta con el claro propósito de rendir homenaje a una historiadora pionera e imprescindible, la profesora Mary Nash, partiendo de algunos de sus postulados o haciendo referencia a estudios que abrieron novedosos campos para la investigación y que en la actualidad siguen siendo válidos. De esta manera, se tienen en cuenta los principales temas de los que se ha ocupado, como la formación de los feminismos históricos, las mujeres republicanas en la guerra, el feminismo de la Transición o la intersección entre género y multiculturalismo.

La obra, editada por las historiadoras Teresa María Ortega López, Ana Aguado Higón y Elena Hernández Sandoica, se compone de veinte capítulos que se organizan en cuatro partes teniendo en cuenta el criterio cronológico y temático de las aportaciones. En la primera parte, «Las mujeres y el proceso de modernización», coinciden seis capítulos que cronológicamente se ubican en el período que va desde finales del siglo XIX hasta la Segunda República y que analizan cómo afrontaron las mujeres las diversas y trascendentales transformaciones económicas, culturales, políticas y sociales que tuvieron lugar en dicho periodo de nuestra historia. Comienza con un estudio de José Javier Díaz Freire que versa sobre el amor cortés medieval y su influencia en el debate sobre las relaciones de género que se planteó en España en el cambio del siglo, haciendo hincapié en el estudio del tratamiento de los personajes literarios de Tristán e Isolda. Por otro lado, centrándose en los cambios urbanos y su relación con los orígenes y desarrollo del feminismo catalán, Susanna Tavera dirige su atención a las acciones y experiencias de siete feministas que dedicaron sus esfuerzos a la transformación de su realidad inmediata y al mismo tiempo vivieron la ampliación y modernización de Barcelona. Continuando la senda del feminismo, Ana Aguado rescata la figura de la socialista valenciana María Cambrils (1877-1939) y la inserta, a través de un recorrido por su escritura, en la construcción de un feminismo que tenía en cuenta la conciencia de clase y que supuso la integración de nuevas propuestas en clave de igualdad en el socialismo.

Los restantes trabajos que cierran esta primera parte se centran en el periodo republicano y en concreto en la posición de las mujeres ante la introducción de derechos fundamentales para la consecución de la ciudadanía política. En el caso del texto de Rosario Ruiz, se estudia el debate social que se originó en torno a la ley de divorcio de 1932, resaltando las polémicas que originó antes, durante y después de la aprobación de dicha medida legislativa. Por otra parte, Luz Sanfeliu subraya el papel de la Unión Republicana Femenina en la movilización por el sufragio femenino, así como en la difusión de un discurso que era crítico con el orden de género al que eran sometidas las mujeres y al mismo tiempo contenía la defensa de los valores relacionados con la maternidad. Dedicando especial interés al caso de Granada y la actitud de las granadinas ante el voto en el proceso de elecciones de 1931 y 1933, Rosa María Capel incide en la necesidad de visitar los documentos de archivo para indagar cuál fue la participación real de las mujeres y la relación que tuvo con la movilización por el voto.

La segunda parte de la obra, «Inclusión y exclusión», compuesta por cuatro capítulos, recorre las consecuencias que tuvieron la Guerra Civil y la instauración del franquismo en las vidas de las mujeres. En una primera aportación, Pilar Ballarín analiza la presencia o ausencia de las mujeres en los libros de lectura de su infancia y resalta la evolución que se produjo, a lo largo de la época franquista, de los rasgos y valores que se destacaban para cada una de las mujeres históricas que contenían estas obras. El siguiente capítulo, de Ángela Cenarro, se acerca a la trayectoria académica de Mary Nash y desgrana las líneas de investigación que se desprenden de su icónica obra Rojas: las mujeres republicanas en la Guerra Civil, arrojando diferentes interrogantes que aún quedan por resolver. Sobre la inmediata posguerra que sucedió a la Guerra Civil, Montserrat Duch aborda el proceso de depuración al que fueron sometidas las maestras catalanas, excluidas e invisibilizadas en la nueva escuela que configuró el régimen franquista. El estudio de Vicenta Verdugo toma las principales bases teóricas de la obra Rojas y analiza las trayectorias vitales y militantes de las comunistas valencianas Rosa Estruch (1915-1978) y Pilar Soler (1914-2006), subrayando el gran valor del estudio de las biografías de las mujeres para poder entender en qué condiciones desarrollaron sus compromisos.

Por otro lado, los cuatro capítulos que componen la tercera parte, «Feminismo, antifascismo y transgresión», ponen en relieve las distintas contestaciones y resistencias a los modelos normativos de feminidad a través de las militancias políticas y feministas. En el capítulo de Mercedes Yusta, observamos la complicada relación entre el movimiento feminista y el antifascismo a través de las proclamas y estrategias de dos organizaciones internacionales, el Comité de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo y la Federación Democrática Internacional de Mujeres. Profundizando en una organización que también puso de manifiesto esta difícil conexión entre movimientos, la Agrupación de Mujeres Antifascistas, María Dolores Ramos recupera a dos de sus militantes, la republicana Victoria Kent (1892-1987) y la comunista Constancia de la Mora (1906-1950) y, a pesar de sus diferencias ideológicas, une sus acciones bajo la práctica del discurso del maternalismo cívico y la defensa de los niños y niñas durante la Guerra Civil. Avanzando hacia la época de la Transición a la democracia, el capítulo de Mercedes Arbaiza parte de las experiencias recogidas en Dones en transició, de Mary Nash, y analiza el movimiento feminista de los años setenta en España a partir del enfoque de la historia de las emociones. Por otro lado, desde la investigación de las militancias en los partidos políticos de la izquierda radical, Mónica Moreno muestra las distintas transgresiones políticas, de género y de edad que protagonizaron hombres y mujeres entre los últimos años de la dictadura y la llegada de las primeras elecciones democráticas.

La cuarta parte del libro, «Relaciones de género y mujeres: trayectorias y desafíos de un nuevo sujeto histórico», cierra esta obra con seis aportaciones que se caracterizan, por un lado, por recorrer un abanico diverso de escenarios geográficos y temporales y, por otro lado, por integrar una serie de propuestas teóricas y metodológicas que demuestran la evolución de la historiografía de género y feminista. El estudio de María Dolores Mirón, sobre la construcción de genealogías femeninas en la arquitectura griega helenística, destaca la importancia de mirar al pasado para recuperar la memoria de las mujeres de la antigüedad. Trasladándonos a la Cuba de finales del siglo XIX, Pilar Pérez-Fuentes realiza una interesante aportación sobre los distintos discursos que elaboraron los líderes blancos y negros en relación con lo que debía ser el modelo de masculinidad permitida e ideal para la identidad nacional. A continuación, Elena Hernández examina la experiencia soviética para poder ponderar los avances y las contradicciones en materia de igualdad y libertad sexual que vivieron mujeres revolucionarias como Inessa Armand (1874-1920) y Alexandra Kollontai (1872-1952).

Volviendo la mirada hacia la historiografía, Miren Llona y Nerea Aresti ponen en valor las contribuciones de Mary Nash en el campo de la historia de las mujeres y del género en España y en concreto en el conocimiento de los feminismos históricos, desgranando los debates actuales sobre las categorías de feminismo y género. En la siguiente aportación, Cándida Martínez recorre la historia de una publicación que ha sido y es fundamental, la revista Arenal. Revista de Historia de las Mujeres, presenta las principales temáticas que ha abordado y plantea los distintos retos que deberá asumir la revista para seguir siendo una referencia historiográfica. En el último de los capítulos que integran el volumen, Teresa María Ortega nos presenta los avances de su investigación sobre la importancia de las mujeres campesinas en el primer tercio del siglo XX y en la Transición a la democracia.

En suma, pocas veces tenemos la oportunidad de encontrarnos ante una obra en la que coinciden buena parte de los especialistas en historia de las mujeres y del género en España. Sus proyectos, que recogen los últimos avances historiográficos, son la demostración de que se ha recorrido un largo camino en la búsqueda y el reconocimiento de todas las mujeres que hicieron historia. Un camino que comenzó con la llegada de Mary Nash a Barcelona a finales de los años sesenta y que continuará en todas las investigaciones que tengan como piedra angular la perspectiva de género y la utilicen para realizar un examen crítico de la historia.

 

Natalia Garis Puerto
Universidad de Alicante

 

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