ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura 197 (799)
Enero-Marzo, 2021, a594
ISSN: 0210-1963, eISSN: 1988-303X
http://arbor.revistas.csic.es

Ciencia abierta desde el sur

Carolina Botero

Directora de la Fudación Karisma, Colombia.

Copyright: © 2021 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

Mientras la noción de ciencia abierta basada en herramientas digitales se populariza en el mundo, es interesante recordar que dos de sus supuestos centrales -la apertura y la participación de actores no científicos en la producción de conocimientos- tienen una larga tradición en América Latina. La región posee una cultura rica de «lo abierto» dentro y fuera de la academia -en espacios formales y no formales- que se ha ocupado de hablar y trabajar sobre el conocimiento, sobre su apertura y formas de colaboración desde hace décadas.

En los años setenta del siglo XX Orlando Fals Borda hablaba de investigación-acción-participación y desde entonces la producción no ha parado en estos temas: Epistemologías del Sur según la concepción de Boaventura de Sousa Santos, iniciativas como la Educación Popular de Paulo Freire, o las tesis sobre decolonialismo son algunos ejemplos adicionales. Las Epistemologías del Sur buscan identificar formas de conocer y vivir diferentes a las prácticas hegemónicas del norte global. Freire, por su parte, propuso una pedagogía crítica y emancipadora que evitara el universalismo moderno en educación; en su lugar construye prácticas pedagógicas horizontales en las cuales diferentes actores (incluyendo estudiantes, campesinos y poblaciones indígenas) participan en la co-construcción de conocimientos. En general, podemos reivindicar un ecosistema que discute sobre la naturaleza, contenido y valor del conocimiento y hace propuestas para abordarlo en la práctica. Contamos con un campo fértil para desarrollar el concepto de ciencia abierta con base en nuestra propia realidad y que las políticas públicas así lo reflejen.

Con el fin de apoyar a los gobiernos de la región en el proceso de impulsar políticas que incentivaran la ciencia abierta, una treintena de activistas, académicos y practicantes de ciencia abierta respondieron en 2018 a la invitación abierta por Fundación Karisma, el Centro de Internet y Sociedad de la Universidad del Rosario (ISUR) y el Sistema de Información para la Biodiversidad (SiB Colombia) para iniciar un diálogo sobre las políticas de ciencia abierta de América Latina.

La reunión se realizó en ese mismo año en Panamá bajo el ala del Foro Unesco de Ciencias de América Latina y el Caribe (CILAC 2018). Allí construimos la Declaración de Panamá de Ciencia Abierta que enumera los elementos descritos y expone las estrategias que podrían desarrollar. La versión de la Declaración desarrollada en Panamá se mantuvo por varios meses abierta en Internet, como un documento vivo, para que otros pudieran aportar comentarios y sugerencias.

La Declaración de Panamá no es un documento aislado de lo que sucede internacionalmente. Toma como referente el Manifiesto de ciencia abierta y colaborativa. Se basa en la idea de reconocer que la ciencia abierta es un concepto polisémico, y que es en esa pluralidad donde reside su especial fortaleza.

Hoy en día el documento se ha convertido en un punto de referencia en la región cuando se habla de ciencia abierta. Con él se quiere poner énfasis en el conocimiento como bien público común que va más allá de los procesos de aprendizaje (recursos educativos abiertos) o de publicación de los resultados de la investigación (acceso abierto).

La realidad de la pandemia de la COVID-19 que nos ha mostrado la pronta reacción de la sociedad civil y de la academia para ofrecer soluciones a los retos que se imponían, contrasta con la que no se dio desde las políticas públicas. Son escasos los gobiernos que tomaron medidas de emergencia para abrir el conocimiento y la investigación, mientras que fueron prolíficos en otras medidas de emergencia. Esto nos obliga a plantear que estamos en un momento clave para impulsar y explicar la necesidad de crear y promover políticas públicas en ciencia abierta y que ese marco que ofrece la Declaración de Panamá y la ruta que plantea está más vigente que nunca.

Declaración de Panamá de Ciencia Abierta

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