ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura 198 (803-804)
enero-junio, 2022, a648
ISSN: 0210-1963, eISSN: 1988-303X
https://doi.org/10.3989/arbor.2022.803-804015

RESEÑAS DE LIBROS

BOOK REVIEWS

José María Castejón Esteban

Universidad de Zaragoza

Fumihiko, Maki. City with a Hidden Past. Tokyo: Kajima Institute Publishing, 2018. ISBN 978-4-306-04661-0.

En 1980 el arquitecto japonés Fumihiko Maki publicó Miegakure suru toshi, la versión original en japonés de este libro que ahora se traduce al inglés. Se han sucedido más de veintiuna ediciones de aquella publicación, fundamental para entender muchas de las singulares características de la ciudad de Tokio. Fumihiko Maki ha sido durante estos años una importante figura dentro de la práctica y de la teoría arquitectónicas, no solo en Japón, sino en el contexto internacional. Desde que en 1964 publicara sus Investigations in Collective Form, Maki no ha dejado de reflexionar acerca de la ciudad y la arquitectura.

Ahora, junto con la intervención de Naomi Pollock no incluida en el original, se presenta por primera vez la versión inglesa de City with a Hidden Past, traducida por Hiroshi Watanabe, en la que Maki y su equipo reflexionan acerca de la ciudad de Tokio, cuya naturaleza en apariencia caótica encierra en realidad una superposición de lógicas y principios que el libro desvela, permitiendo al lector -con más razón tratándose del lector occidental- comprender aquello que permanece oculto de la ciudad, pero que la conecta con su pasado. Por todo ello, aunque haya cambiado mucho en estos más de cuarenta años, y Tokio es sin duda una ciudad en constante cambio, «la conciencia histórica del orden de la ciudad no ha desaparecido» (p. 5), lo que hace de este libro una oportunidad para «entender la naturaleza del orden de Tokio desde un punto de vista macro» (p. 6).

Así, en el capítulo 1, «Observing the City», el propio Maki se pregunta: «¿qué significa entender la forma de una ciudad?», aduciendo que es necesario en primer lugar «conocer los principios detrás de la generación de las diversas formas» (p. 16). Y desde esa reflexión previa hace un recorrido por algunos de los parámetros fundamentales, más elementales, de la cultura japonesa relacionados con la creación y el desarrollo de una ciudad. Aspectos relevantes como la relación de la cultura japonesa con la naturaleza, cuya mayor diferencia con la occidental estriba en que mientras que «las ciudades japonesas se han creado a través de un proceso en el que la naturaleza se ha utilizado de manera activa a varios niveles» (p. 20), «en la cultura urbana y arquitectónica occidental, la naturaleza se ha visto como opuesta, y a menudo de un orden inferior, a aquello hecho por el hombre» (p. 21). Maki reflexiona acerca de la importancia de la influencia que tiene la naturaleza en los principios básicos de la arquitectura vernácula japonesa: desde la geomancia, pasando por el clima, a la relación de las partes y los todos en la que «los japoneses siempre han visto pequeños espacios como microcosmos autónomos desarrollando la idea de que una parte es también un todo» (p. 23).

En el capítulo 2, «The Underlying Structure of Streets», Tohikito Takatani se centra en el estudio de la estructura de las calles de la ciudad partiendo del hecho de que «el marco general de las calles en Tokio fue creado en la antigua Edo» (p. 40). Takatani analiza distintos tipos de street patterns (patrones de calles) presentes en Edo, teniendo en cuenta diversos parámetros como por ejemplo la manera en la que las calles se intersecan, que es diferente según las distintas zonas de la ciudad. Esto le permite sacar a la luz cuestiones socioeconómicas, o incluso topográficas: las zonas altas, de colinas, tienen menos cruces en los que coincidan varias calles en un mismo punto, ortogonalmente, dado que se adaptan a la topografía, y por su posición privilegiada estos eran los barrios de las clases más altas. Por otro lado los cruces ortogonales se desarrollan en barrios más próximos al río donde vivían artesanos y comerciantes, cerca de los canales que les permitían el rápido movimiento de mercancías. Takatani hace un recorrido por tres distritos, justificando su análisis, para posteriormente abstraer numerosas características propias de esa ciudad.

En el capítulo 3, «Microtopography and Placeness», Yukitoshi Wakatsuki plantea una aproximación diferente a través de la manera en la que los hitos topográficos han sido fundamentales en el desarrollo y en la organización de la ciudad de Tokio. Tras una propuesta de sistematización de los «tipos representativos de los espacios topográficos japoneses» (p. 72), hace un recorrido por fenómenos como los pliegues micro topográficos, o las colinas de Tokio, más de trescientas, algunas de las cuales tienen más de un nombre, que son un verdadero mecanismo de lectura y guía de la ciudad. También se centra en la importancia de las vistas desde la ciudad hacia el paisaje en torno, destacando la especial relevancia de las montañas. Cada pequeña zona, recluida por colinas o canales, organizaba los trazados de las calles asegurando vistas en perfecta alineación con, por ejemplo, el monte Fuji.

En el capítulo 4, «The External Layers of Streets», Hidetoshi Ohno enfoca la ciudad de Tokio desde otro punto de vista diferente. Este tiene que ver con la manera en la que los límites que separan lo privado de lo público condicionan la imagen de la ciudad, así como con la idea que se tiene de ella. Mientras que en occidente los planos de las fachadas de los edificios son un límite claro y definido, y por tanto ordenado, en Japón este está compuesto de múltiples elementos que se superponen, dando lugar a un límite difuso, menos rígido y, en consecuencia, caótico. Ohno denomina a la «combinación de dichos elementos las capas externas», a las que considera «la interfaz entre los edificios y la ciudad» (p. 104). Dichas capas externas de una ciudad, no diseñadas por expertos, son el resultado acumulativo de las actividades de personas diferentes. También propone una sistematización de la combinación de los parámetros que detecta en dichas external layers y posteriormente la traslada a la ciudad de Tokio, lo que permite un análisis diferente de la ciudad.

Finalmente, en el capítulo 5, «The Japanese City and Inner Space», vuelve de nuevo Fumihiko Maki a proponer una mirada más general, haciendo un repaso de «algunos principios espaciales y morfológicos que se han desarrollado de manera continua durante siglos» (p. 155). La profundidad en la vivienda japonesa, los espacios intermedios en la ciudad y la arquitectura, o la idea de Oku, que «hace referencia a una distancia relativa o una sensación de distancia dentro de un espacio […] palabra que se usa no solo para referirse a una profundidad física sino también psicológica» (p. 157) son fundamentales.

Esta reflexión coral sobre la ciudad de Tokio nos permite dejar de mirarla desde aquella idea preconcebida según la cual se trata de una ciudad caótica; nos permite conocer sus estructuras internas, algunas de carácter físico-topográfico, otras socioeconómicas, también propias de la arquitectura vernácula, o las puramente sicológicas, de percepción, etc. Todo ello para poder comprender mejor esta ciudad con un pasado escondido.