ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura 198 (803-804)
enero-junio, 2022, a650
ISSN: 0210-1963, eISSN: 1988-303X
https://doi.org/10.3989/arbor.2022.803-804017

RESEÑAS DE LIBROS

BOOK REVIEWS

Nicolás de Navascués Martínez

Universidad de Navarra

Jorge León Casero y Julia Urabayen (eds.). Differences in the City. Postmetropolitan Heterotopias as Liberal Utopian Dreams. New York: Nova Science Publishers, 2020. ISBN 978-1-53618-496-9

Esta obra recoge una serie de reflexiones en torno a la filosofía de la ciudad, la teoría del urbanismo y la teoría de género utilizando como eje de gravitación la noción foucaultiana de heterotopía. Como señalan los editores en el prefacio, su planteamiento parte del hecho de que este término ha sido secuestrado y adoptado por una ideología neoliberal que no solo puede haber pervertido el potencial emancipador que las heterotopías pudieran haber tenido, sino que las han convertido en un concepto eurocéntrico que debe ser discutido desde epistemologías alternativas que no reconozcan en él potencial alguno de subversión política. Si algo tienen en común los capítulos de esta obra colectiva es que todos ellos dialogan críticamente con un concepto que nadie quiere echar a perder, que nadie quiere olvidar ni permitir que la ideología neoliberal haga uso de él a su antojo.

El libro está compuesto por veintidós trabajos que se encuentran separados en cinco secciones temáticas: la relación de las heterotopías con la postmetrópolis, el espacio público, el derecho a la ciudad, las relaciones de género y su condición simbólica. Esta heterogeneidad disciplinar lleva a que el ámbito general, la teoría socio-espacial, se aborde de diversas formas y puntos de vista.

Así, tenemos análisis más centrados en la obra del propio Foucault, como el trabajo de Joaquín Fortanet, que analiza el paso del poder disciplinario a la biopolítica a través del cambio que sufre la comprensión de la ciudad en el teórico francés, fundamentalmente a partir de 1977, y su conciencia de la importancia del ordoliberalismo y la necesidad de la movilidad de bienes y personas en la ciudad. En otro polo totalmente diferente se encontrarían textos como el de Angela Yiu, que aplica la teoría foucaultiana para mostrar cómo las heterotopías ofrecen un excelente marco para el análisis de ficciones literarias, en este caso de la novela The Factory, de Oyamada Hiroko. Sin embargo, tanto Fortanet como Yiu convergen en la conciencia de hacer actuales las tesis foucaultianas. Fortanet no pierde la oportunidad de señalar la íntima vinculación de las previsiones del pensador francés con los acontecimientos contemporáneos y las políticas urbanas de las últimas décadas, pues subraya la importancia de Foucault para comprender las figuras de la autopista y el centro comercial como paradigmas de la movilidad y la gestión de la población; unas figuras espaciales que «rompen cualquier vínculo con la identidad, la historia y las relaciones» que pueda establecer y tener la ciudadanía (p. 41). Desde ahí concluye que la heterotopía foucaultiana no es en sí misma emancipatoria, sino que el centro comercial, una heterotopía en la ciudad neoliberal inteligente y expresión última de la utopía neoliberal, realiza en la ciudad aquel demencial deseo de la Escuela de Chicago de transformar al ciudadano en capital humano. Una vez más, la heterotopía se convierte en propedéutica del pensamiento, sin asumirla acríticamente ni rechazarla dogmáticamente.

En este sentido, los textos de Ibán Díaz Parra y el de Paula Cristina Pereira e Irandina Afonso muestran perfectamente cómo las heterotopías no son un concepto definido de manera precisa y con un significado claro y distinto. Mientras que Díaz Parra, siguiendo la línea del «derecho a la ciudad» de Henri Lefevbre -un nombre que no podía faltar en esta reseña, pues es fundamental para muchos de los autores- discute el potencial emancipatorio y pluralista o de asunción de la heterogeneidad en la ciudad que pudiera aportar la heterotopía foucaltiana, Pereira y Afonso subrayan precisamente esos espacios otros, espacios de transgresión y de discontinuidad, espacios de espera (p. 82), para hablar del derecho a la ciudad lefevbriano y de los excluidos de nuestras comunidades políticas contemporáneas. Sus conclusiones, partiendo de lugares parecidos, son opuestas. Este ejemplo muestra que la tesis de Heidi Sohn en el primer capítulo, esto es, que el concepto de heterotopía no se deja clasificar, rompe con el intento de ser acotado y es, en sí mismo, indisciplinado, puede ser ciertamente correcta. Tesis a la que se unen la de León Casero y Urabayen, quienes establecen un cambio radical en la noción de heterotopía asociada a la biopolítica frente a la característica del poder disciplinario, y la de Parra que destaca el rasgo propio de la heterotopía postmetropolitana.

No cabe duda de que la cuestión de la disciplina está presente en buena parte de los trabajos del libro, pues el propio concepto de heterotopía lo sugiere. ¿Es posible disciplinar la ciudad? En caso de que así fuera, ¿se trata de una estrategia para disciplinar los cuerpos de la ciudadanía por parte del neoliberalismo? Y por otra parte, ¿de qué forma surge la diferencia en la ciudad? Los textos más centrados en la arquitectura se preguntan por cuestiones de este corte, como el de Miguel A. Alonso del Val, el de José María Castejón Castejón o el de Livia Judith Alexander. Este último capítulo, además, se centra en una espacialidad concreta, la casa o el hogar, como forma de resistencia ante las políticas urbanas neoliberales, y lo sitúa en la sociopolítica del Estado de Israel para preguntarse por la posibilidad del arte como contracultura o, en términos más precisos, de la instalación como forma de arte situado, común y que puede proponer un vivir otro, alternativo a las formas neoliberales, que para la autora generan problemas asociados al ecologismo y al mundo que compartimos.

Además de estas perspectivas ecológicas, se dedica un bloque entero a la heterotopía y la cuestión de género en relación con el espacio y la utopía. Se trata de los trabajos de Peter Johnson, Felipe Schwember, Eduardo Álvarez Pedrosian y Jorge Andreu. Unos tienen una mayor sensibilidad foucaultiana, preguntándose por los burdeles -recordemos el comienzo de La voluntad de saber- y otros, como Schwember, intentan hacer dialogar tradiciones tan opuestas como la que representarían Robert Nozick -el de Anarquía, Estado y utopía, claro- y Judith Butler.

En conclusión, es importante recordar que los trabajos, sumamente cuidados y escogidos, conforman bloques temáticos bien agrupados que, aunque están diferenciados los unos de los otros, hablan entre ellos y se remiten conceptualmente una y otra vez. Quizá en algún que otro capítulo nos preguntemos en qué momento se ha perdido de vista el concepto de heterotopía. No obstante, no cabe duda de que todos los capítulos se encuentran influidos por el punto de partida ya descrito, aquel que aportan los editores desde el prefacio.

Para terminar es preciso destacar que se trata de una obra dirigida, sin duda, a un público especializado, familiarizado, para empezar, con el concepto de heterotopía, un concepto difícil -como se señala desde el inicio, y que es de alguna forma «fallido», recordémoslo- y que posee un lugar singular en el conjunto del pensamiento foucaultiano. Con todo, el hecho de que se incluyan reflexiones desde prismas tan variados como la estética y el simbolismo (Pérez-Herreras, Posada Morales, Quintana-Elena), la planificación urbana con estudios de caso concretos (Demir Kahraman y Karahman, Zhu, Alves do Santos, Peters, y Kallus, Ben-Ari y Zaatry), o la perspectiva de género, lo hace completo e interesante para lectores muy diversos que se puedan acercar al tema desde sus diferentes disciplinas de origen.