El progreso biológico

Autores/as

  • Ana Barahona Universidad Nacional Autónoma de México
  • Francisco J. Ayala Universidad de California

DOI:

https://doi.org/10.3989/arbor.1997.i623-624.1794

Resumen


La idea de progreso en Biología está ligada al concepto de scala naturae o la gran cadena del ser que se puede trazar hasta Aristóteles. Esta noción de que los organismos vivientes pueden clasificarse en una jerarquía de inferior a superior tomó formas nuevas en los siglos XVII y XVIII. En el siglo XVIII, naturalistas como Buffon, Bonnet y Robinet se habían preguntado si podíamos hablar de un patrón definido de desarrollo. En el siglo XIX, Lamarck postula la idea de que existe una progresión de los organismos menos avanzados a los organismos más avanzados. Posteriormente, la teoría de la evolución añade la dimensión temporal y de continuidad genética o histórica a la clasificación jerárquica de los seres vivos. Darwin pensaba que la selección natural traía como resultado el perfeccionamiento y que éste inevitablemente conduciría al progreso gradual de la organización. Herbert Spencer se convirtió en uno de los darwinistas más radicales del siglo XIX y principios del XX. Para Spencer la idea de progreso se aplicaba no solo al mundo biológico sino que era parte de una ley general, que dirigía lo simple hacia lo complejo, lo homogéneo a lo heterogéneo. Posteriormente, Julian Huxley, Theodosius Dobzhansky, Ernst Mayr, George Gaylord Simpson y Ledyard Stebbins —conocidos como los arquitectos de la Sintesis Moderna— comparten una visión progresionista de la evolución biológica. La noción de progreso evolutivo, en la actualidad, es sumamente controvertida, y se pueden distinguir básicamente tres diferentes perspectivas. La primera, defendida por Michael Ruse y David Hull entre otros, sostiene que no existe evidencia científica que nos lleve a aceptar cierta «direccionalidad» en la evolución biológica. Una segunda visión, defendida por Stephen J. Gould, sostiene que, en la medida en que reemplacemos el término de progreso (ya que éste es antropocéntrico) por el de «noción operacional de direccionalidad», tendremos un concepto sin valores o evaluación humanos. La tercera posición, defendida por Francisco J. Ayala, John Maynard Smith y William Wimsatt, sostiene que la noción de progreso evolutivo puede purgarse de sus connotaciones antropocéntricas y que podemos hablar de progreso desde el punto de vista científico, en base a las evidencias existentes. En este artículo se exponen las principales concepciones históricas de la noción de progreso utilizadas en Biología, y las polémicas actuales al respecto, en donde destacan: si el concepto de progreso pertenece al dominio del discurso científico, qué criterio de progreso es el mejor y si se da progreso en la evolución. Tales argumentos pueden resolverse una vez que se esclarece la noción de progreso.

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Publicado

1997-12-30

Cómo citar

Barahona, A., & Ayala, F. J. (1997). El progreso biológico. Arbor, 158(623-624), 251–268. https://doi.org/10.3989/arbor.1997.i623-624.1794

Número

Sección

Artículos