En este escrito se intenta explicar qué es ciencia en Zubiri. Aunque Zubiri no dejó un libro específico sobre ciencia, intentamos meditar este tema siguiendo el análisis en tres momentos de la aprehensión de realidad que hace Zubiri en su libro
In this paper we attempt to explain the meaning of science according to Zubiri. Although Zubiri did not publish a specific book about science, we attempt to contemplate this topic by following the analysis in three moments of the apprehension of reality that Zubiri makes in his book
Es de sobra conocido el enorme interés que Zubiri tenía por las ciencias. Se relacionó con ellas de tres modos distintos. En primer lugar, las estudió profundamente en sus más diversas manifestaciones como, por ejemplo, estudió física, biología, lingüística, filología, matemática, etc. En segundo lugar, aunque depurando lo recibido, recibió ciertas influencias de las grandes teorías científicas de su época para su filosofía como, por ejemplo, la teoría de la relatividad en su concepción del movimiento, la genética molecular en su concepción de la esencia, etc. Finalmente, en tercer lugar, intentó pensar filosóficamente qué es la ciencia y cuál es su unidad y diferencia con la filosofía. De este tercer punto, lo que nos interesa destacar aquí es meditar qué es ciencia en Zubiri. Aunque Zubiri no dejó un libro específico sobre el tema, es posible “intentar” reconstruir su pensamiento filosófico en torno a este tema. Esto es lo que queremos delinear aquí, iluminados especialmente desde su gran obra
Para orientarnos en el tema, hay que señalar que el problema filosófico de la ciencia puede presentarse, al menos, desde tres aspectos intrínsecamente relacionados, no necesariamente excluyentes entre sí. En primer lugar, la ciencia podría pensarse como una actividad “racional” con un “método” propio, distinto, por ejemplo, a la actividad filosófica. Aquí es importante meditar qué papel juega la inducción, el modelo hipotético-deductivo, etc., en corrientes como el positivismo lógico, el falsacionismo de Popper, los programas de investigación de Lakatos, etc. Desde este punto de vista, es perfectamente posible sostener que no todo lo que se ha reconocido como “científico” posee tal carácter, sino sólo aquello que se ha realizado con el modo racional apropiado. Incluso, en un caso extremo, alguien podría sostener que todavía hoy no existe un verdadero conocimiento científico. En segundo lugar, podría pensarse la ciencia como una especie de “interpretación social e histórica” del quehacer científico. Podrá negarse a la ciencia haber encontrado un conocimiento científico verdadero, según el modo racional apropiado, pero lo que es innegable es que existe la ciencia como “hecho” socio-histórico. Es científico aquello que un gremio ha legitimado como tal. Aquí entonces cobra una gran importancia el análisis de la “historia y sociología del conocimiento científico”. La ciencia es una actividad no sólo individual sino también, y de forma más eminente, social. En este aspecto destaca Kuhn, Bloor, Barnes, etc. Por último, podría pensarse la ciencia como una especie de “modo de presentación de lo aprehendido”. Éste es el momento “radical” donde se instala el pensamiento de Zubiri sobre la ciencia. Para él, ciencia y filosofía estudian la realidad aprehendida sentientemente; desde aquí arranca su esencial unidad y diferencia.
Para entender esto, hay que tener en cuenta el análisis y conceptuación que Zubiri ha hecho en
El modo primario de percepción de realidad es lo que Zubiri llama “aprehensión primordial de realidad”. En ella se actualiza la realidad de forma directa, inmediata y unitaria. En este modo de actualización, para Zubiri, se nos actualiza lo real como algo “solamente” en y por sí mismo. Para ello, en lo percibido nos fijamos o atendemos a lo real en tanto real. Aquí no es posible el error de ningún tipo. El error sólo es posible en los modos ulteriores. Ahora bien, en esta aprehensión se nos muestran dos momentos fundamentales. Por una parte, hay que atender a los “contenidos” presentados. Contenido apunta aquí a lo “presente” en nuestras aprehensiones. Así, aprehendemos colores, sabores, etc. (dejo de lado el problema de si todos los contenidos en tanto tales son propios de este modo de aprehensión). Pero hay algo más. Hay que atender también al “modo” o manera como esos mismos contenidos aprehendidos se presentan en el hombre. Al modo o manera como los contenidos se presentan es a lo que Zubiri llama “formalidad”. La filosofía, por lo general, sólo había “atendido” a lo meramente presente (contenido) descuidando que aquello mismo presente percibido se muestra de un cierto modo o manera. Por ello, Zubiri suele decir: “la filosofía se ha fijado solamente sobre el contenido, pero ha resbalado sobre la formalidad” (
Ahora bien, en nuestras aprehensiones, el modo como se presentan los contenidos aprehendidos es como “formalidad del de suyo” (Zubiri,
Pero esta misma realidad puede ser atendida desde otro respecto. Contenido, decíamos, es aquello “presente”. Formalidad de realidad es la manera “de suyo” o “en propio” en que esos mismos contenidos se presentan. Son dos momentos de la misma aprehensión humana. Así, no aprehendemos mero contenido, sino “contenido” real. Si atendemos a lo real por el lado de su
Decíamos que, para Zubiri, la filosofía es el estudio de lo real en tanto real o lo que es lo mismo, el estudio de lo transcendental. En cambio, la ciencia estudia lo real en tanto “tal”, es decir, ve lo real predominantemente por el lado de los
La ciencia no es, pues, una ocurrencia caprichosa, ni una arbitraria complexión de conceptos, sino que es algo inexorable sean cualquiera sus modos. Tanto los modos del ‘hacia’ del hombre más primitivo como los nuestros propios, son modos de ‘ciencia’, esto es, modos de una marcha inexorable desde la realidad percibida hacia lo real allende la percepción (
La ciencia, entonces, para Zubiri, se origina del “arrastre” de las cosas reales aprehendidas. Son ellas mismas las que nos llevan a conocerlas. La ciencia es entendida aquí, en su sentido más radical, como algo inexorable. Sin embargo, este arrastre es un arrastre “abierto”. Hay muchos modos de fundamentar el “hacia” aprehendido. Uno de ellos, sólo uno de ellos, es la ciencia moderna, pero, como dice la cita, el hombre primitivo también posee ciencia en la medida en que inexorablemente ha tenido que explicarse teoréticamente la realidad percibida en tanto “tal”. Desde este nivel, entonces, ciencia no se identifica formalmente, por ejemplo, con la ciencia moderna que viene desde los tiempos de Galileo. La ciencia es conceptuada aquí como el modo en que la realidad aprehendida nos remite necesariamente “hacia” lo real allende la percepción como fundamento de lo real percibido en tanto tal. Por ello, el concepto de ciencia en Zubiri se utiliza de forma mucho más amplia de lo que suele entenderse en filosofía de la ciencia. Ciencia designa aquí un aspecto transcendental de todo lo aprehendido que es fundamento de otros ulteriores conceptos de ciencia. La ciencia, entendida así, no es algo opcional, sino inexorable para el ser humano. Es un momento de la realidad aprehendida.
Desde este sentido radical de lo que es ciencia en Zubiri se podría intentar meditar las diferencias con otras posturas filosóficas, por ejemplo, investigar cómo se origina la ciencia, es decir, cuál es su principio. Existen aquí básicamente dos posturas en filosofía de la ciencia. Por un lado, se podría sostener que la ciencia debe partir desde el dato bruto de los sentidos, base de lo que podríamos llamar una “observación científica”. Es la idea básicamente del empirismo y positivismo (cf. Wartofsky,
En síntesis, en este nivel de aprehensión primordial, ciencia es básicamente el “modo talitativo de presentación de la realidad como hacia”. Desde aquí pueden surgir los otros conceptos de ciencia que veremos a continuación.
Apoyados en esta aprehensión primordial, lo real así aprehendido queda necesariamente abierto para ser actualizado desde otras realidades aprehendidas. La actualización de una realidad en función de otras es lo que Zubiri llama logos sentiente
Ahora bien, en el caso de la ciencia, habría que investigar qué particularidades posee el
En primer lugar, hay que señalar qué tipo de juicio o enunciado constituye el logos científico. El más importante parece ser el que Zubiri llama juicio proposicional (cf.
En segundo lugar, es posible establecer nuevos juicios apoyándose en otros ya existentes. Es lo que ocurre en una “generalización científica”, por ejemplo, por inducción. Se puede llegar aquí a juicios universales, tan importantes en ciencia. Aquí es importante considerar el papel del razonamiento lógico. Es importante investigar qué papel juega la lógica en la ciencia. Zubiri dice muy poco sobre su comprensión de la lógica, dándonos sólo leves pinceladas en
En tercer lugar, hay que tener en cuenta que en toda intelección de logos se nos actualiza algo real desde la “unidad” de las demás cosas reales, lo que Zubiri llama “campo”. Campo no es una cosa real más que se intelige, sino aquello “desde” lo cual inteligimos algo. Es un “medio” de intelección, algo que nos hace ver las cosas de una determinada manera. Es el medio como “luz” o ser de las cosas. Así, Zubiri nos dice:
No es lo mismo inteligir una cosa en cierto modo individualmente por ella misma que inteligirla en un medio social. No es algo que pertenece a lo inteligido, pero es desde luego algo que hace ver lo inteligido de una manera peculiar […] No es lo mismo inteligir algo en un medio social (general o especial [gremial]) que inteligirlas en un medio religioso. La sociedad en sus diversas formas, la religión, etc., son desde este punto de vista no lo que inteligimos, sino algo que nos hace inteligir las cosas. En diferentes medios se ven las cosas de distinta manera. Por eso digo que el medio es algo esencial a la intelección en todos los órdenes (
Desde aquí podría tratar de entenderse el logos científico en su aspecto socio-histórico. Sería válido tratar de entender el quehacer científico desde su medio social e histórico, como lo ha intentado, por ejemplo Kuhn
Pero hay una modalidad ulterior que se apoya en las dos anteriores. Es la intelección sentiente como “razón”. La razón nos actualiza lo real desde su fundamento. ¿Qué es fundamento? Zubiri nos dice que “fundamento es todo aquello que determina desde sí mismo, pero en y por sí mismo, a lo percibido, de suerte que éste es una realización del fundamento en lo fundado mismo” (
Ahora bien, desde este momento tenemos que pensar la ciencia desde su actualidad racional. Para Zubiri, en sentido general, ciencia se define desde su actualidad racional. Así nos lo dice en su conferencia
En primer lugar, ciencia es conocimiento de lo real en tanto “tal” realidad. Este conocimiento científico es esencialmente de dos tipos. Por una parte, hay que explicar “lo percibido en tanto percibido”. Se trata de explicar, por ejemplo, cómo surge el verde en la aprehensión. Es la tarea, en general, de la neurociencia. Por otra parte, hay que explicar lo percibido en tanto “tal realidad”. Por ejemplo, explicar qué es el verde no en tanto cómo es percibido, sino en tanto verde (longitud de onda, etc.). Así Zubiri nos dice: “Y entonces la ciencia no es ya sólo una explicación de lo percibido, sino una explicación de la realidad entera del cosmos: es la labor ingente de los conceptos, de las leyes y de las teorías científicas” (
En segundo lugar, la ciencia es, en este nivel de aprehensión racional, un tipo de conocimiento, un modo de actualización de lo real, entre otros posibles. Zubiri no identifica el conocimiento en general con el conocimiento científico. Hay múltiples modos de ir “hacia” el fundamento de lo real. Todo esto hace que el mismo concepto racional de ciencia tenga, a su vez, diversos matices.
En primer lugar, decíamos que hay muchas maneras o figuras de fundamentar lo real. Esto es lo que origina que existan diversas “mentalidades”. Para Zubiri, “mentalidad es el modo intrínseco y formal de habitud de lanzamiento hacia las cosas reales” (
En segundo lugar, hay que considerar que, aún dentro de una misma mentalidad, hay distintas cualificaciones, en nuestro caso, distintos “modos racionales” de hacer ciencia. Por ello, Zubiri nos dice: “Dentro del intrínseco ‘hacia’ propio de la ciencia, hay modos diversos; no es lo mismo lo que un primitivo sumerio o akkadio entiende por explicar el mundo, que lo que por explicar el mundo entendió un griego, ni lo que entendió un griego por explicar el mundo es idéntico a lo que nosotros entendemos” (
Todo saber físico es saber el porqué de las cosas. No hay conocimiento más que en la medida en que hay un porqué sabido. Desde el momento en que se sabe el porqué, se conoce
La necesidad tiene, efectivamente, en la ciencia un sentido sumamente preciso. Saber, por ejemplo, por qué asciende un globo, o por qué se producen los eclipses, o por qué se hiela el agua, significa saber cómo se produce la congelación, la navegación aérea o la interferencia de las proyecciones luminosas de los astros. Saber ‘
Pero, en cambio, para la
Como puede apreciarse, tanto en
Finalmente, en tercer lugar, hay que considerar que la misma “ciencia moderna” no se ha entendido de la misma manera. No es lo mismo la ciencia de Newton, Einstein, etc., además de que no todos los filósofos entienden lo científico de la misma manera. El objeto de estudio de la filosofía de la ciencia, en general, se entiende predominantemente como estudio sobre la “ciencia moderna”. El concepto de ciencia en Zubiri, como vimos, es mucho más amplio. Ahora bien, hay que tener en cuenta que en el libro
En primer lugar, Zubiri sostiene que el objeto del conocimiento científico es el llamado “hecho científico” entendido como “la constatación de la realidad aprehendida en función de conceptos previos” (
En segundo lugar, hay que meditar qué es el método científico. Zubiri piensa que el “método en general” es un abrirse paso hacia el fundamento (cf.
Nunca se ha conseguido estructurar un razonamiento inductivo. Para ello lo menos que haría falta es que se enunciara lo que suele llamarse el principio de inducción. Y esto, de hecho, no ha sido logrado jamás satisfactoriamente, ni siquiera al recurrir al cálculo de probabilidades para excluir los errores azarosos de la experimentación. Por tanto, de hecho no existe un razonamiento inductivo. En cambio, la inducción existe como método estricto y riguroso. Se parte de lo real actualizado en hechos y se va por repetición (conforme a la ley de los grandes números) desde los resultados experimentales a un enunciado general. Este enunciado enuncia la actualización del fundamento (
Es interesante destacar que aunque, para Zubiri, el enunciado universal no se siga por razonamiento lógico inductivo de las premisas singulares, sí considere que tal enunciado universal puede ser usado como un juicio racional, dado que puede actualizarnos el fundamento de lo real. Así, por ejemplo, por la observación de varios cisnes blancos podría inferirse inductivamente que “todos los cisnes son blancos”. Esta inferencia inductiva, como vimos para Zubiri, no es correcta. Sin embargo, yo puedo utilizar esta información inductiva para afirmar racionalmente no sólo que todos los cisnes son blancos (esto sería una mera generalización del logos), sino que “ser blanco” es algo que constituye o “fundamenta” a un cisne. Sólo entonces nos encontraríamos ante una afirmación racional
Hay que destacar que esta crítica a la inducción como razonamiento lógico ya la había señalado Karl Popper. Él nos dice así:
Es corriente llamar ‘inductiva’ a una inferencia cuando pasa de
Por ello mismo, Popper propuso en ese libro para la ciencia un tipo de método hipotético-deductivo, lo que se ha llamado “falsacionismo”. No se parte de juicios singulares (como el inductivismo), sino de un juicio universal a modo de hipótesis o conjetura. Se diferencia del método deductivo clásico en que este juicio universal debe ser contrastado con la experiencia sensible. No es un juicio verdadero intuido directamente (no es una especie de axioma), sino un juicio establecido como hipótesis o conjetura. Esta hipótesis no puede demostrarse que sea verdadera (en eso se diferencia precisamente del inductivismo), pero sí puede probarse que es falsa al entrar en contradicción con un juicio singular. Ello ocurre porque la única inferencia lógica posible por “deducción” es el paso de un juicio singular falso hacia un juicio universal falso. Así, bastaría con encontrar un cisne que no sea blanco para inferir deductivamente que todos los cisnes no son blancos. Popper nos lo dice así:
Pues éstos [los enunciados universales] no son jamás deducibles de enunciados singulares, pero sí pueden estar en contradicción con estos últimos. En consecuencia, por medio de inferencias puramente deductivas (valiéndose del
Pero todo esto, aunque Zubiri no lo diga expresamente, tampoco podría constituir un método racional científico. La ciencia moderna, para Zubiri, no consiste radicalmente en una actividad racional que consista en afirmar la veracidad o falsedad de unos juicios a partir de otros. Aquí está el punto que nos permite comparar a Zubiri con Popper. La ciencia no sólo no partiría de una conjetura o hipótesis (sino de la aprehensión primordial y logos, como ya vimos) sino que, además, su actividad racional no consiste en la mera falsación de esta conjetura, lo cual se realiza, según Popper, por un razonamiento deductivo, que va de un juicio singular falso (verificado empíricamente) a un juicio universal falso, la hipótesis. Para que esta operación sirva como método científico, como vimos, se requiere algo más: que el juicio universal actualice positivamente a lo real ya aprehendido desde su fundamento. La razón científica tiene fundamento: es la realidad “ya” aprehendida. No hay, en este sentido, an-arquía (cf. Feyerabend,
En tercer lugar, la actualización racional es algo que admite diversos grados de “verdad racional” entendida como “verificación”. Los juicios “racionales” científicos de Zubiri, a diferencia de los puramente lógicos, no son simplemente verdaderos (por inducción) o falsos (por deducción), sino que muestran infinitos matices de actualidad de verdad como “verificación”. La verdad racional, que Zubiri llama verificación, es un “ir encontrando” en la historia diversas actualidades del fundamento de lo real. No es algo que sea simplemente verdadero o falso, propio de una verdad lógica de los enunciados. La verdad, para Zubiri, es radicalmente un momento de la “realidad actualizada” más que de los enunciados o juicios.
En suma, el concepto de “ciencia”, para Zubiri, se dice de muchas maneras, siendo propio de todo modo de intelección y no de una sola de sus modalidades. Así, ante todo, ciencia atiende al momento talitativo de lo real, al momento predominantemente de contenido. Pero este momento no es estático, sino que, por presentarse los contenidos en el modo de realidad como “hacia”, esto nos abre inexorablemente a describir y conocer lo real en tanto tal. Por ello, la ciencia, como veíamos, no es algo caprichoso o fruto de la genialidad moderna, sino algo inexorable. Es la ciencia entendida desde la aprehensión primordial de realidad. Pero, por ello mismo, la ciencia debe ser también logos científico. Aquí hay muchas maneras de afirmar, siempre desde un ámbito de libertad. La ciencia moderna, por ejemplo, ha utilizado predominantemente el logos nominal constructo. Finalmente, la ciencia es la investigación de lo que algo es “en la realidad”. Es la ciencia como actualidad racional. Aquí hay, a su vez, tres matices: la ciencia como mentalidad frente a otras mentalidades como la poética, la ciencia como cualificación de esa mentalidad (por ejemplo, la ciencia moderna frente al modo de hacer ciencia de la episteme griega) y las diversas concepciones dentro de la misma ciencia moderna
Por último, cabría seguir meditando la ciencia desde un último modo de actualización estudiado levemente en
Este artículo es parte del Proyecto Fondecyt Regular N° 1140922 llamado “Ciencia y realidad en Zubiri”.
Dr. Esteban Vargas Abarzúa es Profesor del Instituto de Ciencias Religiosas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Es miembro del Comité Editorial de las Obras de Xavier Zubiri de la Fundación Zubiri de Madrid.
La distinción entre la aprehensión primordial y el logos es bastante difícil de establecer y, desde luego, se trata de una distinción que no es una escisión radical, sino una separación de “momentos” dentro de la aprehensión de realidad humana. Es un tema muy extenso que no podemos tratar aquí.
Kuhn intenta mirar la ciencia principalmente desde el medio social, desde la comunidad científica. Por ello, nos dice: “No hay un algoritmo neutral para la elección de teorías, no hay ningún procedimiento sistemático de decisión que, aplicado adecuadamente, deba conducir a cada individuo del grupo a la misma decisión. En este sentido es la comunidad de los especialistas, que no sus miembros individuales, la que hace efectiva la decisión” (
La afirmación racional, para Zubiri, surge de un momento creativo en que esbozamos como tendría que ser el fundamento de lo real. Los resultados de la inducción, en un proceso creativo ulterior, pueden ser usados, como vimos, para afirmar racionalmente lo real, pero tendrán que demostrar su valía, su verificabilidad. La inducción, usada por sí sola como método científico, no sólo falla por ser un razonamiento lógico ilegítimo, sino por no ofrecer, por sí sola, nuevas actualidades racionales de lo real. La inducción es, en general, una generalización de lo ya dado. Ésta es la crítica que Zubiri hace al positivismo lógico: “El positivismo [lógico] sólo es una conceptuación -y no completa- de la intelección campal, pero es ciego para la intelección mundanal, cuyo carácter estructural esencial es la direccionalidad […] El positivismo lógico es ciego para esta dimensión creadora del conocimiento. Porque crear no es enunciar nuevas proposiciones sino descubrir nuevas direcciones de marcha intelectiva” (
No parece algo fácil utilizar el resultado de una inducción como fundamento racional. Por ejemplo, si yo encuentro inductivamente una ley que relaciona la masa corporal y la tasa metabólica (por ejemplo, la ley de 3/4 de Kleiber) ¿cómo podría actualizarse esa ley como fundamento? ¿Puede esa ley encontrada darme la “razón” de tales relaciones? Eso no es claro. De hecho se ha intentado dar “razón”, por ejemplo, de la ley de 3/4 de Kleiber, explicando por qué se obtiene este número y no otro, lo que demuestra que tal ley, por sí sola, es difícil que pueda actualizar por sí misma el fundamento racional de lo aprehendido.
Habría que meditar si la ciencia moderna consiste en el “hacia” zubiriano racional con su triple estructura de hecho, método y verificación científica. Podría entenderse también como el “todo sirve” de Feyerabend. Por ello nos dice: “Resulta claro, pues, que la idea de un método fijo, o la idea de una teoría fija de la racionalidad, descansa sobre una concepción excesivamente ingenua del hombre y de su contorno social. A quienes consideren el rico material que proporciona la historia, y no intenten empobrecerlo para dar satisfacción a sus más bajos instintos y a su deseo de seguridad intelectual con el pretexto de claridad, precisión, ‘objetividad’, ‘verdad’, a esas personas les parecerá que sólo hay un principio que puede defenderse bajo