Han pasado unos años desde que el 24 de marzo de 2009 celebramos el bicentenario del nacimiento del escritor Mariano José de Larra. Durante todo ese año tuvieron lugar actividades en toda España, especialmente en Madrid, como patria chica de nuestro maestro de periodistas, en las que se destacó la importancia y la vigencia del crítico clarividente y comprometido con la regeneración de España.
Fueron muchas las instituciones de ámbito nacional y local que se sumaron al recuerdo afectuoso del insigne literato. La Corona, aceptando la presidencia del Comité de Honor para la Conmemoración del Bicentenario del nacimiento de Mariano José de Larra por parte de los Príncipes de Asturias, hoy reyes de España, lideró la lista de las instituciones participantes.
El Ministerio de Cultura, a través de la Biblioteca Nacional y de la hoy desaparecida SECC (Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales), la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Alicante, la Universidad Menéndez Pelayo, la Universidad de Oviedo, El Ateneo de Madrid, el Instituto Cervantes, El Ayuntamiento de Madrid, así como los de otras ciudades de la Comunidad de Madrid y de alguna otra Comunidad Autónoma del país, el Museo Nacional del Romanticismo, y otros más que sería imposible detallar, como colegios e institutos y asociaciones culturales de toda España, se sumaron a los actos de homenaje.
Son varios los recuerdos que han quedado de la conmemoración del bicentenario, pero creo que la publicación que contiene los ciclos de conferencias habidos en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y en el Ateneo de Madrid, junto con el catálogo de la exposición que tuvo lugar en la Biblioteca Nacional, son una muestra destacada de la excelente labor realizada.
Tengo que citar con satisfacción que, con motivo de la conmemoración del bicentenario, se digitalizó en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante una parte muy importante de los manuscritos y documentos de Larra, así como de los objetos personales, que obraban en mi poder. Aplico el tiempo pasado pues, también como contribución al homenaje a mi querido joven antepasado, doné todos los documentos y objetos personales del Fondo Mariano José de Larra al Museo Nacional del Romanticismo.
Valga este recuerdo de los hechos del bicentenario, para entrar en el tema que nos ocupa ahora: la publicación del drama lírico en dos actos,
En 1991 el Instituto de Estudios Madrileños del Consejo Superior de Investigaciones Científicas publicó
El texto publicado en el año 1991, junto con los de otras dos obras,
El otro drama original de Larra fue
La tercera obra original,
Se considera que el teatro traducido por Larra del vodevil contribuyó a la evolución del teatro español y a crear el teatro posmoratiniano, como ha sido señalado por la crítica, por lo que tampoco carece de interés, aunque hay que convenir que el mayor mérito de nuestro escritor en su aproximación al teatro esté en su amplia crítica teatral y en su visión de la representación como un todo; puesta en escena, dirección, interpretación,
¿Por qué escribe Larra el drama lírico en dos actos
El drama lírico de Genovés y Larra se estrenó en el Teatro de la Cruz, que acabó especializándose en obras líricas, el 16 de junio de 1832 con crítica claramente desfavorable. Ni la música fue aplaudida, ni el libreto tuvo éxito. Destronar a la ópera italiana no era tarea fácil. Un rotundo fracaso para la nueva ópera española y para los entusiastas autores. Me complace pensar que sirvió, al menos, para despertar conciencias que facilitaron el auge posterior de la zarzuela.
La edición crítica, partiendo de mi transcripción inicial, realizada por María Pilar Espín Templado, catedrática de Literatura Española en la UNED y reconocida especialista en este campo, nos proporciona finalmente el conocimiento de la totalidad de este manuscrito inédito de Larra. Su esclarecedor estudio preliminar ilumina el contexto en el que fue escrito y su significado en la historia del teatro lírico español.
Considero que el resultado final es un libreto digno y comparable a los existentes en el repertorio de la zarzuela de épocas posteriores, por lo que me alegra que, por fin, pueda ver la luz el trabajo de Larra. La prueba de fuego real sería su puesta en escena en el teatro de la Zarzuela.
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