Televisión Española (TVE) ha hecho posible la divulgación de temas médicos en la temporada de 2016 a través de los cuatro programas especializados en salud:
Televisión Española (TVE) has made possible the dissemination of medical topics in the 2016 season through four specialized health programs:
Según los datos ofrecidos por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la sanidad es un asunto importante para los ciudadanos españoles. En el último barómetro sanitario realizado hasta la fecha (
La televisión sigue siendo el medio al que más expuestos están los ciudadanos para informarse sobre ciencia y tecnología (Torres Albero,
Este trabajo realiza un análisis exploratorio que permite, por un lado, conocer esencialmente las características de la recepción de los programas de salud de TVE emitidos en 2016. Por otro, conocer el tipo de audiencia que consume este tipo de contenidos, a partir de los datos oficiales de audiencia y de las respuestas de los 158 cuestionarios de espectadores de estos programas.
Las preguntas que guían este estudio son: a) ¿qué rasgos sociodemográficos tiene la audiencia?, para conocer quiénes son los espectadores asiduos y comprender así la concordancia o no con el estilo audiovisual del programa, y b) ¿cómo percibe y valora la audiencia el tratamiento informativo y audiovisual que caracteriza a estos programas? (Cano-Orón, Portalés Oliva y Llorca-Abad,
Los inicios del periodismo especializado en salud en TVE se sitúan en la década de los 70. En concreto, comienza con
Formatos como el de
En la década de los 90 destaca el programa de salud
Para cumplir con la misión de servicio público,
No obstante, en la práctica y a lo largo del tiempo, han sido varias las quejas recibidas por diversos contenidos del programa. En primer lugar, destaca la publicidad hacia derivados del programa y otros servicios y productos. TVE despidió a su presentador original, Manuel Torreiglesias, por irregularidades en la publicidad (Gallo,
En el periodo estudiado, la temporada de 2016, los programas específicos que tratan la salud en TVE son los siguientes (Cano-Orón
La sección
En concreto han coincido en parrilla solo tres de ellos, pues
Sharf y Freimuth (
Este tipo de contenidos orientan a la población para tomar decisiones y prepararse. Por ejemplo, una anécdota que destaca Sánchez Martos (
Los programas especializados en salud cuya narrativa presenta la experiencia de la enfermedad y desarrolla las implicaciones que conlleva vivir con ella ofrecen lo que se define como
Los estudios de alfabetización en salud se dividen actualmente en dos paradigmas (Aldoory,
Los objetivos principales de los programas de educación y entretenimiento especializados en salud son: a) aumentar el conocimiento de la audiencia, y b) ser capaces de transmitir contenidos que fomenten actitudes favorables hacia temas de salud y comportamientos que permitan crear hábitos saludables. No obstante, como apuntan Moyer-Gusé y Nabi (
En esta línea, Yoo y Tian (
Como señalan Peñafiel, Ronco y Echegaray (
“El aumento de información sobre salud en los medios de comunicación ha tenido una influencia definitiva en lo que podríamos llamar la creación de un nuevo paciente. Un efecto que incide en el comportamiento del denominado ‘paciente activo’” (Echegaray Eizaguirre
Estamos ante un paciente informado, que ha estado expuesto tanto a noticias como a información y testimonios de pacientes.
“Como resultado del incremento y proliferación de noticias de salud los profesionales observan la aparición de un nuevo tipo de paciente, más leído, más informado, más conocedor. También más influido. Es lo que se ha denominado el ‘paciente informado’” (Echegaray Eizaguirre
Según Domínguez Lázaro (
Es necesario apuntar que, como sugieren Quintero Johnson, Harrison y Quick (
Esta investigación exploratoria forma parte de un estudio empírico más amplio desarrollado en dos fases en el que se analizan los programas de televisión especializados en salud emitidos por TVE durante 2016. La primera fase de la investigación se centró en el análisis de contenido de los programas, identificando el tratamiento informativo y audiovisual, y su comunicación digital en Twitter (Cano-Orón
Para realizar este estudio de recepción se realiza, por un lado, un análisis de los datos oficiales de audiencia de los programas de salud emitidos en 2016 en TVE -
El diseño del cuestionario se realizó teniendo en cuenta las variables analizadas en el análisis de contenido de los programas de TVE en la fase anterior (Cano-Orón
El corpus del que parte esta investigación está compuesto por los datos recogidos en un cuestionario cumplimentado por 158 personas, realizado al público de los programas de televisión en salud de TVE emitidos en 2016:
El porcentaje de respuestas obtenidas por programa coincide parcialmente con los datos de
Con objeto de que la investigación sea lo más rigurosa posible, no se han modificado los textos de las respuestas a las preguntas abiertas que escribieron los espectadores en el formulario. Es decir, se dejaron los errores gramaticales, de sintaxis y de cualquier orden. Se ha utilizado para la investigación una serie de textos seleccionados para ejemplificar que no han sido sometidos a ningún rigor académico, tal y como veremos en los resultados.
Para analizar los niveles de audiencia, conseguidos a partir de los datos de GECA (véase
En esta línea,
La audiencia media de los programas tiende a un perfil mayoritariamente femenino, aunque la diferencia entre sexos no es muy pronunciada. Como se puede observar en la
La media de edad de los encuestados de
La diferencia de media de edad que presentan los datos de GECA respecto a los obtenidos a través del cuestionario puede deberse al tipo de vía elegida para la participación en el estudio: las redes sociales, que cuentan con una media de edad más joven que la de la audiencia de los programas analizados.
En cuanto a las valoraciones de los espectadores de los aspectos de los programas analizados, destaca en primer lugar el nivel de confianza en la información que ofrecen los contenidos televisivos. Los espectadores encuestados confían en la información del programa con una media de 2.92 sobre 5 (donde 1 es “no confío nada en la información” y 5 “confío mucho en la información”). Este dato coincide cuando los encuestados evalúan la calidad de la información del programa, que también se sitúa en 2,84 sobre 5 (donde 1 es “la calidad de la información proporcionada es muy mala” y 5 “la calidad de la información proporcionada es muy buena”).
Sin embargo, la evaluación por parte de los encuestados de la calidad de la información proporcionada por los médicos y expertos científicos invitados al programa se sitúa por encima de esta media del programa con un 3,31 sobre 5. En cambio, según los encuestados, la calidad de la información proporcionada por los testimonios del público se halla más de un punto por debajo de la media general del programa: en 2,61 sobre 5.
Si comparamos estos datos desglosados en función del programa televisivo, destaca la confianza depositada en los contenidos de
En los siguientes gráficos podemos observar estos mismos datos a partir de los segmentos de edad que proporcionan los datos de GECA. Para simplificar el
Estos gráficos deben leerse entendiendo la distribución de la edad y el coeficiente de Pearson. Los encuestados están principalmente concentrados en su mayoría entre las edades comprendidas entre los 32 y los 52 años, y la muestra tiene principalmente una media de edad de 42,5 años (véase
Las variables son dependientes, tienen una relación pequeña, el coeficiente de Pearson (r) es de 0,15 y la determinación es del 2% para la correlación entre la edad y la confianza en la información aportada por los expertos, y en el caso de la correlación entre edad y confianza en la información de los testimonios, la correlación es dos puntos mayor, con una determinación del 4% y un coeficiente de Pearson (r) de 0,2. Por lo tanto, en ambos casos la correlación lineal es muy débil pero indica una tendencia.
En cuanto a las explicaciones de los conceptos científicos que se dan en los programas (véase
Respecto a los elementos audiovisuales que facilitan la comprensión de las explicaciones científicas, los más valorados por los espectadores son los vídeos externos (29%) (aquellos grabados fuera del plató), los testimonios, los reportajes en hospitales, etc. Asimismo, también se agradece la adaptación del ritmo del programa a las explicaciones (28%) y las animaciones creadas para simular lo que se está explicando (22%). Como se puede ver en el
Ante la pregunta abierta “¿qué consideras que te ayuda a entender mejor la ciencia del programa?”, los espectadores encuestados destacan otros elementos complementarios: estudiar o leer bibliografía específica (18,1%) y consultar a especialistas (18,1%). Como se puede observar en el
El análisis de las respuestas a las preguntas abiertas “¿por qué ves el programa televisivo?” (respuesta obligatoria) y “¿quieres comentarnos algo más?” (respuesta opcional) se presenta a continuación estructurado por programa y se sistematiza de forma temática, respondiendo al interés y motivación de su visionado, al consumo y a la evaluación de la calidad informativa. Los resultados cuantitativos se indican al final en el
El interés que motiva principalmente a los espectadores de
“Aunque la información no es muy extensa y clara en muchas ocasiones, para los que no sabemos de medicina… algo se aprende” (mujer, 25 años).
En general desean “conocer un poco más acerca de hábitos saludables” (mujer, 46 años) y ven el programa por la presentación de “remedios caseros, y diversos tratamientos médicos para determinadas enfermedades” (mujer, 25 años), aunque alguno se interesa por los “conceptos científicos y técnicos que podría usar en el futuro” (hombre, 27 años), que aporta
También se hace referencia a la tercera edad, segmento de edad principal consumidor del programa:
“Da consejos útiles, sobre todo para la gente mayor” (mujer, 20 años).
Entre la audiencia también existe la figura del médico o experto que consume el programa con objetivos analíticos o profesionales:
“Por saber qué explican a la gente, soy enfermera” (mujer, 27 años).
Sin embargo, estos casos son excepcionales: en general existe un interés por la mejora de la salud propia. En las preguntas abiertas este interés queda remarcado a través de los pronombres posesivos:
“Me preocupo por mi bienestar y me gusta aprender cosas nuevas sobre mi salud” (hombre, 40 años).
“[Aprendo] conocimiento sobre aspectos de la salud que me ayudan a mejorar mi salud” (hombre, 52 años).
“Por entretenimiento sano y conocimiento de tu cuerpo” (hombre, 49 años).
“No lo veo a menudo, pero cuando lo veo sus informaciones y consejos me ayudan a cuidar mi salud un poco más” (mujer, 57 años).
Sin embargo, también existe una visión negativa del supuesto aprendizaje:
“No [me aporta nada
“[…] No creo que sea un programa adecuado para aprender ciencia” (mujer, 32 años).
Entre los que afirman estar enfermos, también parece que
“Te informan de algunas enfermedades y aprendo cómo combatirlas. Por ejemplo, la hipertensión, soy hipertensa” (mujer, 46 años).
“Puedes reconocer un síntoma y saber cómo cuidarte” (mujer, 51 años).
“Hablan de alguna de mis enfermedades” (mujer, 45 años).
En este último caso, es posible que algunos de los espectadores reconozcan ciertos de los síntomas y declaren que ellos los padecen, tal y como lo indican Echegaray Eizaguirre
“Aprendes de la información general, pero a veces con la información continuada parece que tengas todas las enfermedades que plantean en el plató” (mujer, 62 años).
Muchos de los encuestados afirman que no son fieles a la programación diaria, lo ven de forma esporádica, porque “coincidía con [el] rato de descanso […]” (mujer, 46 años) o con la hora de la comida y siesta. Es un visionado accidental, cuando hacen
“Solo lo veo un rato cuando hago
Lo ven “de pasada” (hombre, 29 años) y porque “no hacen nada mejor” (hombre, 38 años).
Consideran que “es preferible este tipo de programas a los de cotilleos” (mujer, 41 años) y que “a veces está puesto por tener algo de fondo y te das cuenta las absurdeces que cuentan” (mujer, 25 años).
También es importante la influencia de la familia en lo que respecta al consumo del programa y la jerarquía entre los miembros a la hora de seleccionar el canal que predomina en el televisor del hogar. Algunos afirman que lo ven porque “lo ve mi abuela” (hombre, 21 años) o “lo ve mi suegra” (mujer, 51 años). En definitiva, consumen a menudo el programa porque “lo ven mis familiares, y es lo que está puesto en la TV” (mujer, 33 años), y no precisamente porque sea de su agrado:
“Lo tiene puesto mi abuela, no lo considero un programa que tenga mucho rigor científico” (mujer, 33 años).
“No lo veo, solo cuando voy a casa de mis padres. No aporta nada, solo desinformación” (mujer, 43 años). Esta misma informante añade como comentario final:
“Deberían de quitar esos programas, solo sirven para malinformar”.
También entre los encuestados existe una minoría que lo ve por mero entretenimiento:
“Lo veo en ocasiones, como
O simplemente: “me hace gracia” (mujer, 33 años).
En cuanto a las menciones directas sobre la calidad informativa de
Como comentario positivo, un informante destaca que
“Aprendo, y confirma o desmiente viejos tópicos” (hombre, 53 años).
Los informantes destacan un uso de un lenguaje próximo a la audiencia:
“Las explicaciones son claras” (hombre, 53 años).
Se valora positivamente el uso de términos familiares:
“Adecuan los temas a las personas sencillas, pero sin ser criptófricos, o sea lenguaje sencillo:
“Son programas útiles para aprender cómo son las enfermedades al margen de los tecnicismos” (hombre, 55 años).
En definitiva, califican
Sin embargo, entre los aspectos negativos cabe remarcar dos temas importantes: por una parte, las numerosas menciones sobre desinformación y, por otra parte, la relación de
Con relación a la
“Lo veo muy poco, con la esperanza de que algún día abandonen la
Los encuestados denuncian la falta de rigor científico, que se ve pronunciado a partir de la promoción de
“Echo en falta mucho más rigor científico, y sobra muchas veces la propaganda a la
Algunos informantes piden que se actúe ante este tipo de contenidos:
“Me gustaría que se actuara más cuando salen
Sobre la desinformación, los encuestados también se manifiestan en tres ejes principales: la descalificación de los trabajadores e invitados al programa, la falta de expertos y rigor científico y finalmente la labor del ente público de TVE.
La audiencia encuestada solicita que
“[Me ayuda a entender la ciencia] que lo explique un experto, no periodistas o presentadores sin cualificación” (mujer, 29 años).
“Debería ser más real y en cada caso hablar gente experta que le dejen decir la verdad: con la salud no se juega” (hombre, 50 años).
En cuanto a la figura del presentador, los encuestados expresan también comentarios negativos:
“El presentador un poco pesado y un sabelotodo” (hombre, 59 años).
Una participante comenta como positivo el cambio de presentadora, con relación al cese de Mariló Montero y la sucesión de María Casado:
“Me gusta mucho más este último formato con presentadora nueva y médico” (mujer, 54 años).
Los encuestados cuestionan en general la profesionalidad de los trabajadores e invitados en plató:
“Porque algunas veces empiezan a hablar y me divierte oír tantas chorradas juntas, la cuna de las
“Estaría bien que les dieran un toque para que se dejen de hablar de cosas con ninguna base científica que hacen que gente que no sabe del tema ignore a los que están para ayudarles y acaben en manos de homeópatas y sanadores de energías”.
No es el único que alude a este asunto: incluso la CNMC ha intervenido recientemente, como se ha presentado anteriormente. Entre las personas que han contestado el cuestionario, esta influencia comercial del programa
“Sí, he probado algunos medicamentos que promocionan y me han ayudado a mejorar” (mujer, 66 años).
Esta evidencia prueba que un segmento de la población se ve afectado por la publicidad encubierta de la que ha sido acusado el programa y quedan latentes sus efectos. Por lo tanto, algunos contenidos de
“En la televisión pública ninguno [de los programas de salud] actual tiene un objetivo médico claro” (mujer, 46 años).
“El tema de la salud no se resuelve solo con un programa en la televisión, sino con medios profesionales adecuados” (hombre, 55 años).
“Creo que este tipo de programas confunden a la gente. Si alguien realmente tiene algún problema de salud debería acudir a su médico que es el que realmente está formado para ello” (mujer, 39 años).
“[...] Me parece patético el médico que sale en este tipo de programas, que a los mismos se les denomine ciencia, y sobre todo que el dinero a la televisión pública debería estar destinado a otro tipo de contenidos” (hombre, 21 años).
En este sentido, tal y como destacan Casas Moreno, Maraver López y Aguaded (
“En Primaria tendría que haber una clase de rigor científico, que los niños aprendan que bajo el título de
Entre los espectadores existen solo dos consumidores de
“[Veo el programa] porque la gente que lo ve está desinformada y, al saber qué es lo que ven, puedo desmontar falsas creencias (trabajo en educación para la salud)” (mujer, 35 años).
“[Veo el programa] porque habitualmente lanzan mensajes
Como en el caso de
“Sin quererlo, aprendes términos y enfermedades que existen y a veces somos ajenas a ellas” (mujer, 51 años).
“Me fue enganchando. Tiene un buen equilibrio educación, información, entretenimiento” (hombre, 41 años).
“[Lo veo] porque es educativo y se aprende mucho con los casos clínicos, te hace más listo, te relaja y te ayuda a ser mejor persona, me aporta saber un poco más” (mujer, 17 años).
Estas respuestas subrayan la hipótesis sobre el uso de la ficción audiovisual (cine o televisión) como herramienta educativa, sobre la que se ha reflexionado mucho. Destacan también, entre los valores educativos, que se aprenden consejos preventivos, síntomas de enfermedades y tratamientos:
“Trata temas de salud y te explican el porqué de muchos casos. Además te dan consejos sobre cómo prevenir algunas enfermedades” (mujer, 19 años).
“[Me aporta] saber un poco cómo va el funcionamiento de los hospitales y muchas veces dicen los síntomas de alguna enfermedad y es bueno saberlo” (hombre, 14 años).
Algunos de los espectadores, que afirman estar personalmente enfermos, encuentran en el programa una ayuda, pero también algunos de ellos solicitan la ampliación de información. Dos de los encuestados afirman que les ayuda con su enfermedad:
“Como paciente crónico de algunas enfermedades me ayuda a poder entender mejor las cosas” (mujer, 51 años).
“[Veo
Otros usuarios participantes muestran su interés en que el programa amplíe la información sobre determinadas enfermedades que padecen. Es decir, estamos ante un público con ganas de consumir más contenidos de salud pero sobre temas personalizados:
“[Como comentario adicional, que se] enfoque más en el tema de pacientes celíacos, ya que tenemos muchas carencias en medicamentos y tratamientos médicos” (mujer, 29 años).
“[...] Me gustaría que hicieran más temas sobre espalda y nervios” (mujer, 30 años).
Igual que en el caso de
“Por el horario… me pilla en casa, y por los actores, que lo hacen casos reales” (mujer, 49 años).
Y también a veces familiar: “porque lo ponen mis padres” (mujer, 19 años).
“Empecé a verlo con mi madre porque a ella le encantaba, y al final acabé enganchada. Me gustan mucho los casos que se han puesto, que no son los típicos” (mujer, 32 años).
Como en
“Me resulta interesante, y además me gusta adivinar los diagnósticos de cada caso (soy médico)” (mujer, 25 años).
“Me gusta porque yo trabajo en un hospital” (mujer, 43 años).
Además, que se utiliza para complementar, como anteriormente se ha tratado, por el potencial educativo de esta ficción televisiva:
“Me lo recomendó mi tutora -es médico-. Y dice que se acerca mucho a la realidad, y nos vamos familiarizado con el lenguaje técnico de medicina” (mujer, 18 años).
En cuanto al tratamiento informativo, destaca la percepción de realidad que la serie transmite a los espectadores. En la afirmación anterior, una maestra la recomienda a sus alumnas auxiliares de enfermería, precisamente porque se aproxima a los casos reales del día a día. Por lo tanto, la ficción se acerca a la realidad a la hora de exponer las enfermedades, diagnósticos y tratamientos de las mismas:
“Explican fenomenal todos los casos clínicos, es una serie muy real” (mujer, 48 años).
“Me da confianza, es muy real, y dan las soluciones con cariño y delicadeza” (mujer, 52 años).
Otro de los componentes que los encuestados destacan es la dramatización de esta
“Me fue enganchado [...]” (hombre, 41 años)
“[...] Al final acabé enganchada [...]” (mujer, 32 años).
Igual que en el caso de los otros programas estudiados, la audiencia destaca en unos casos de forma positiva y en otros negativa la adquisición de conocimiento y el aprendizaje a través del programa:
“Me encantó que el primer programa abordara el tema de la depresión. Me pareció audaz, y un programa excelente. Me encanta saber sobre temas médicos” (mujer, 39 años).
“Aprendo y ayuda a la gente” (mujer, 37 años).
En contraposición, otros aluden a la parte negativa:
“Porque me gusta atender a profesionales y no a charlatanes” (hombre, 25 años).
Otro de los espectadores tiene el interés de contrastar la información de la divulgación con su propio conocimiento:
“[Lo veo para] contrastar mis conocimientos con la divulgación científica” (hombre, 39 años).
Un número de encuestados consumen el programa por pertenecer al cuerpo médico o ser profesionales del campo de la sanidad:
“[Lo veo porque] soy estudiante de tercero de enfermería” (mujer, 24 años).
“Soy médico ¡pero también telespectadora!” (mujer, 57 años). Y añade:
“Me gusta el primer nivel de atención sanitaria y me identifico perfectamente [con
“Soy psicóloga y tratan temas que me interesan. Lo hacen sencillo y fácil para no expertos también” (mujer, 30 años).
En cuanto a la percepción de la calidad informativa a través de las preguntas abiertas, la mayoría critica el tratamiento informativo:
“A veces el presentador hace preguntas absurdas a los doctores. El actor hipocondríaco del final para mí sobra. En general me encanta el programa [...]” (mujer, 39 años).
Según otra opinión:
“Sería interesante que los medios de comunicación ofrecieran una visión más holística de la ciencia y no tan fragmentaria y reduccionista” (hombre, 39 años). Este mismo espectador también considera que “la ciencia se entiende y tiene sentido cuando se contrasta con las humanidades y con las terapias naturales”.
Sobre
“[Lo veo], porque es un programa entretenido que cuenta de forma agradable los temas de salud que preocupan a las personas” (hombre, 25 años).
En 2016 TVE apostó fuertemente por los programas de salud, cumpliendo con su labor de servicio público, ofreciendo productos de entretenimiento, divulgación y educación. Los programas especializados en salud de TVE emitidos en 2016 son cuatro:
En general estos programas mantienen el mismo tipo de audiencia: mayores de 45 años, sin una gran distinción entre sexos, pues aunque sí existe una ligera mayoría de público femenino, que excede incluso la cuota media de mujeres de la cadena, no es lo suficientemente significativa como para perfilar un sesgo de sexo en los programas: un tipo de público bastante esperable tanto por las franjas horarias en las que se emiten como por el tipo de formato televisivo.
Los espectadores encuestados presentan una confianza neutral en los contenidos, una media de 2.92 sobre 5. No presentan una polarización a favor o en contra de la información que ofrecen los programas. No obstante, sí que se aprecia una confianza positiva hacia los expertos (3,31 sobre 5) y, por el contrario, una desconfianza en la información presentada mediante testimonios (2,61 sobre 5). Es decir, los informantes valoran positivamente la intervención de médicos y de expertos científicos, por encima de los testimonios en primera persona del público participante. De hecho, más de la mitad de los encuestados valora positivamente las explicaciones de los conceptos científicos que se desarrollan en los programas. De entre los cuatro programas estudiados,
Existe una débil correlación entre la confianza en la información y la edad. La población joven (25-44 años) es el segmento que más desconfía en la información que exponen estos programas. Sin embargo, para una futura investigación sería interesante tener en cuenta el nivel de estudios y poder analizar una muestra más representativa de espectadores.
En cuanto a las respuestas a preguntas abiertas, en general existe una opinión positiva respecto a la programación, y los informantes destacan el aprendizaje y la divulgación de información. La motivación de los espectadores es mejorar su propia salud. Sin embargo, surgen reproches en cuanto al tratamiento informativo en algunos de los programas, como en el caso de
Los espectadores piden, en general, más rigor, ampliación de la información y más programación sobre sanidad en la televisión pública. La audiencia se perfila de algún modo como el nuevo tipo de paciente presentado por Echegaray Eizaguirre
En futuras investigaciones se intentará eliminar una de las principales limitaciones de este estudio, que ha sido llegar solo a la audiencia que está activa en redes sociales. Ampliar la horquilla de participantes haciendo encuestas físicas y acudiendo a una determinada franja de edad que cumple con el perfil de la cadena sería lo aconsejable para profundizar en el estudio.
El presente trabajo ha sido desarrollado en el marco del proyecto de investigación
Este programa se emitió desde el 13 de marzo de 1976 al 18 de octubre de 1978 (véase
Manuel Torreiglesias continuó en las siguientes temporadas presentándolo en solitario hasta mayo de 2009, cuando fue despedido por incumplir las normas de publicidad y fue sustituido por el doctor Luis Gutiérrez, que se mantuvo como presentador del programa y de la sección La mañana hasta 2013. El doctor Julio Zarco presentó esa sección en esa temporada, momento en el que comenzaría a tomar protagonismo Ana Bellón, actual directora de la sección.